lunes, 28 de agosto de 2017

LA MÚSICA DE PROTESTA
La imagen puede contener: 2 personas, texto
Hay una deuda muy grande en la canción protesta. Ahora se habla de lo social desde el punto de vista de las relaciones amorosas. Las canciones están centradas en los sentimientos'. 
hoy en día no se podría repetir una generación de cantautores como la de antaño, ya que tanto el lenguaje como el contexto han cambiado. 'Antes había un interés en aglutinar la voz del pueblo.
La canción como arma de protesta
Con su denuncia de los linchamientos a los negros en la Norteamérica de 1939, Strange Fruit es considerada como la primera canción protesta de la historia de la música popular en 33 revoluciones por minuto.

De esa tensa colisión, generada entre el mundo del espectáculo y los acontecimientos políticos, sociales y culturales del último siglo, se nutre este concienzudo repaso que se centra en canciones desde Strange Fruit hasta American Idiot de Green Day, la composición que le sirve de pretexto a Lynskey para analizar cómo era Estados Unidos en plena psicosis contra el terrorismo en la era de George W. Bush y observar qué papel desempeñaron distintos músicos en ese tiempo.

En América Latina, mientras tanto, varios artistas ya incluían mensajes políticos y sociales en sus canciones. Además de Víctor Jara –perseguido y asesinado en 1973 por el golpe militar de Augusto Pinochet–, la chilena Violeta Parra, los argentinos Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui y Facundo Cabral, e incluso los colombianos Ana y Jaime o Pablus Gallinazus se inspiraron en la desigualdad social, el surgimiento de movimientos guerrilleros y las dictaduras en algunos países del Cono Sur para componer sus letras.
lamentablemente el folclore y la trova, esos géneros emblemáticos de la protesta social latinoamericana, ya no son del gusto de la inmensa minoría de izquierda. La mayoría lo que escucha ahora es rock, pop y, sobre todo, reggaeton.

Un caso emblemático ha sido el de Rubén Blades, El género musical popular “salsa“, nacido en Nueva York, muy rico en ritmos caribeños acentuados y síncopados, ha sido un medio idóneo, popularmente hablando, para llevar a las masas esa crítica necesaria en lo político y en lo social, por una parte para no dejarse arrebatar la identidad y la sonrisa; y, por la otra, para mostrar cómo las políticas imperialistas han afectado no solo la economía, sino la moral de nuestros pueblos.

Mediante años de carrera, el músico y compositor panameño, Rubén Blades, se ha dedicado a una vida entera de canciones (de salsa) las cuales hacen sinónimo de problemas sociales, desgracias familiares y política; todas (o su gran mayoría) enfocadas al territorio latinoamericano.

No hay comentarios.: