lunes, 28 de agosto de 2017


LA HISTORIA DE LA MUSICA CUBANA
LA DANZONERA

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El error que se ha cometido es que el bailador, llámese grupero, tropical o roquero no tiene un verdadero salón de baile que promueva la convivencia, no se han hecho lugares para el verdadero disfrute”. 
Aunque la música, para el grueso de la población pasó del acercamiento entre las personas a las letras violentas, Acerina y su Danzonera no cesa en su empeño de seguir enamorando a las parejas a través del danzón. 

ACERINA Y SU DANZONERA 
Consejo Valiente. “Acerina”, nacido en Santiago de Cuba en 1899, llega a Veracruz en 1913. Empieza en la orquesta del también músico cubano precursor del danzón en México, Tiburcio Hernández “Babuco” y sigue los pasos de éste en los timbales o tarolas -como se les llama en México- y para 1927 ya ocupaba esa posición en la danzonera de Juan de Dios Concha, la más prominente en aquella época. Acerina estuvo en esa posición tocando en el legendario Salón México por 30 años hasta 1957. Después con su propia orquesta se mantuvo activo por muchos años. Falleció en junio 3, 1987.
En México se adoptó el formato clásico que tuvo el danzón cubano hasta la década del 20; o sea, una sección de metales con trompetas, trombones y bombardinos, una sección de clarinetes, violines, timbales y güiro. En Cuba esta orquestación sufre una transformación total al convertirse en charanga, que en su etapa final esta constituída por flauta, violines, timbales, contrabajo, güiro y piano. México ha conservado los metales, hasta la fecha. Es curiosamente en México donde se crea el término de danzonera, para los grupos musicales que cultivan este género que en Cuba siempre se ha conocido como orquesta típica o charanga.
Mientras en Cuba el danzón y sus orquestas no tuvieron un hábitat propio, compartiendo los salones de baile con los grupos dedicados al son u otros géneros bailables, en México tradicionalmente desde los años 20 y 30, el danzón tiene sus salones casi exclusivos. Llegaron a existir 30 de estos salones en Ciudad México, sin contar los existentes en Veracruz y otras ciudades. Pero el más famoso es sin duda el mítico Salón México, que se mantuvo abierto de 1920 hasta 1962. En su ambiente se inspiró el maestro Aaron Copland para su obra del mismo título y El Indio Fernández para la película homónima. Allí tocaron todas las grandes danzoneras mexicanas, siempre con algún músico cubano en su personal.

Hipólito González, Onofre Nazario, Octavio Pérez y Gaudencio Soto, integrantes de la orquesta coincidieron, no se puede evitar el cambio musical en las generaciones, “pero donde vaya Acerina reunirá sentimiento.

 

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