El cierre de Cuba luego de la revolución produjo la primera gran crisis en la industria de la música latina puesto que la gran mayoría de compañías discográficas, de capitales norteamericanos, dejaron de publicar esta música. Los factores políticos primaron en esta decisión, por lo que durante toda la década del sesenta ocurrieron una serie de circunstancias socio culturales y, obviamente, musicales, que desembocaron en lo que posteriormente sería llamado salsa.
Gilberto Miguel Calderón Cardona, conocido artísticamente como Joe Cuba fue un cantante y percusionista de jazz latino estadounidense, de origen puertorriqueño, que recibió el apelativo de "Padre del Boogaloo".
La crisis que se abatió sobre la industria de la música latina tras el cierre de Cuba, obligó al replanteamiento total de los esquemas en los que se perfilaban todos los aspectos de la producción musical.
El primer problema que se enfrenta es la conveniencia de mantener una orquesta grande, entendiendo por esto una agrupación que en el caso de los big bands sobrepasaba la docena de músicos. En este sentido, muchos artistas se inclinaron por el formato de charanga (como Johnny Pacheco, Ray Barretto o Charlie Palmieri) pero la otra opción fue la de ensamblar un grupo breve conformado por una sección de ritmo y la adición de metales, como en el caso de Eddie Palmieri y Richie Ray por nombrar a dos de los más representativos.
Sin embargo, Joe Cuba eligió un sexteto que se basaba en una sección de ritmo, básicamente conga y timbal, pero las funciones del ‘brass section' eran realizadas por un vibráfono, instrumento que a la larga otorgó el sonido característico a la agrupación.
La parte vocal estuvo a cargo nada menos que del gran Cheo Feliciano, que también tocaba la campana, mientras que el timbalero Jimmy Sabater cantaba los temas en inglés y apoyaba en los coros. Los arreglos descansaban fundamentalmente en el pianista Nick Jiménez, completándose el grupo con el vibrafonista Tommy Berrios (El compay Tomás) y el bajista Jules “Slim” Cordero.
La brevedad de la agrupación supuso un nivel de exigencia del sexteto tanto al escoger los temas como al ejecutarlos, pero sin perder de norte el barrio como referencia última. En este sentido, la característica esencial fue la utilización del slang derivado del caló o habla cerrada del barrio, suerte de jerigonza que identificaba a los latinos que habitaban en la ciudad de los rascacielos.
Pero lo trascendente es que este slang , en primera instancia privativo de los barrios latinos de la Gran Manzana , se extendió por todo latinoamérica debido a ese nexo común que nos identifica al hablar el mismo idioma.
Al mismo tiempo, y sin caer en la contradicción, el sexteto de Cuba fue el que más utilizó el inglés tanto para penetrar en el mercado americano como para acercarse al barrio neoyorquino en el cual el spanglish es una constante. Este fue uno de los factores del éxito arrollador que tuvo Joe Cuba en los sesenta puesto que su música se identificaba plenamente con el público al cual iba dirigida.
El Alma del Barrio
El sexteto de Joe Cuba empezó a cosechar sus primeros grandes éxitos en el sello Seeco durante la fiebre de la pachanga: “El chichón” , “Callejero” , “Picando de vicio” , “Como rien” , “Cachondea” ,“Aprieta” , “Mujer” . Desde 1964, cuando firmó para Tico, empezaron a publicarse los discos que ahora son clásicos: Vagabundeando (Tico 1112), El alma del barrio (Tico 119), Bailadores (Tico 1124), We must be doing something right (Tico 1133) y Wanted Dead or Alive Bang, Bang, Push, Push (Tico 1146).
Este último disco vendió en 1967 más de un millón de copias, suma inusual para lo que manejaba la incipiente industria de la música latina en Nueva York. Del mismo modo, este disco llegó a figurar en el puesto 63 del Hit Parade del mercado americano.
En este extremo el español José Manuel Gómez, autor del libro “Guía esencial de la salsa” (1995, editorial La Máscara ) señala que “con la misma cifra de ventas Aretha Franklin llevó “Respect” al número uno. ¿Es posible que alguien vigilara para que las minorías oprimidas no copasen las listas de éxitos? ¿Por qué Joe Cuba no subió más arriba en las listas? ¿Alguien decidió que, a la tensión racial con los negros, no podía sumársele la de los latinos? (…) ¿Eran peligrosos los latinos?”.
Recuerdos de mi Barrio Querido
Cuando salió al mercado el álbum My man speedy (Tico 1161) el conguero cometió para muchos un gran error al publicar un disco enteramente en inglés, insistiendo en el boogaloo, el shing-a-ling y el pata-pata, descartando al son que siempre fue la espina dorsal de su propuesta. La reacción del público no se hizo esperar y la trayectoria de Joe Cuba empezó a declinar ostensiblemente.
En este punto repetimos que el haber asumido como propuesta definitiva lo que era una transición necesaria ante la decadencia de inicios de los sesenta, precipitó la caída de Cuba pues el boogaloo y la utilización del inglés y del spanglish fueron herramientas necesarias en un momento determinado. No hay que olvidar que en este proceso de decantamiento de alternativas y propuestas que desembocaron en la salsa de los setenta, ya se venía perfilando con suficiente solvencia el son que, a la larga, sería el vehículo idóneo para el desarrollo de la salsa.
Quizá Joe Cuba pecó de modestia al limitar su propuesta a los predios del barrio que, a su vez, alimentaba su música. Decimos esto porque siguió publicando discos como Recuerdos de mi barrio querido en 1970 (Tico 1226), Bustin´Out en 1972 (Tico 1300) y Hecho y Derecho en 1973 (Tico 1312), siempre con el apoyo de su Jimmy Sabater, de su vibrafonista Philip Díaz y de su bajista Jules “Slim” Cordero. En estas producciones se seguía haciendo referencia al barrio y se reeditaron con nuevos arreglos clásicos como “ La calle esta durísima” y “Apriétalo” , que no era sino el famoso “Oye como va” de Tito Puente.
Pero la industria musical en Nueva York había cambiado. Jerry Masucci y Johnny Pacheco a través de la compañía Fania ya imponían sus criterios y al poco tiempo se absorbió al sello Tico. De esta etapa son los discos “Cocinando la salsa” de 1976 (Tico 1405) y “El pirata del caribe” de 1979 (Tico 1434) que a pesar de ser producidos por Louie Ramirez con toda la parafernalia de Fania, incluyendo músicos invitados de lujo como Sonny Bravo, Bobby Rodríguez, Eddie “Gua Gua” Rivera, Chivirico Dávila y Johnny Rodríguez, sólo por nombrar algunos, no afectaron al gran público.
Luego, no supimos casi nada del maestro Joe Cuba hasta que en 1995, luego de un largo silencio discográfico, se publicó la producción Steppin´out again , recreando el título del álbum publicado en 1962 para Seeco. Luego de este tibio regreso Cuba empezó a presentarse nuevamente sumándose a esa pléyade de músicos que hacen del ejercicio de la nostalgia su modo de vida.
Gilberto Miguel Calderón Cardona, hijo del barrio del Harlem hispano, acaba de morir el pasado 15 de febrero (2009), y con él se va una parte sustancial en la evolución de la música afro caribeña. Temas como “El pito” o “El ratón” ya son parte de la cultura polular latinoamericana. De ahí que su aporte es fundamental y no debe ser soslayado. Las nuevas generaciones quizá no hayan oído de él pero menos mal que ahí están los discos. Discos que representan una sólida producción y que merecen un lugar preferencial en la historia de la mejor música de todos los tiempos.
Paula C, habla de Ruben y la canción que el le dedico, pero nunca le canto!
1. ¿Quién es Paula C.? ¿De dónde eres? ¿Cuál es tu educación? ¿A qué te dedicas y a qué te dedicabas entonces?
Crecí en Boston, Massachussets, y soy descendiente de irlandeses en Estados Unidos. Mi madre fue maestra y mi padre doctor en medicina.
Soy la menor de cinco hijos. Cuando era joven mis padres visitaban Cuba frecuentemente y solían traer discos y producciones musicales. Así que crecí escuchando aquellas fabulosas orquestas cubanas. El mambo era el ritmo de moda de entonces y mi familia solía bailar aquellos discos, alrededor de la sala principal de la casa, como locos. Creo que el gran Machito tiene una hija llamada Paula,algo que de niña me encantaba.Acudí a la universidad y recibí una licenciatura en Literatura Inglesa y Filosofía para posteriormente mudarme a la ciudad de Nueva York. Originalmente me desempeñé como trabajadora social en el oeste del barrio Harlem, pero hacia el final de la década de los años 70 y principio de los años 80 trabajé para Liberty House, una cooperativa de manualidades que fue creada durante la época de mayor auge del movimiento de libertades civiles, en la década de los años 60. En ese entonces se vendían manualidades hechas por individuos que los activistas del movimiento conocían durante sus viajes por el sur de Estados Unidos.
Las manualidades eran maravillosas pero en muchos casos necesitaban ser rediseñadas y mercadeadas para atraer a una mayor clientela, así que trabajábamos con los artesanos para lograrlo. Diseñé una línea de ropa femenina para la tienda, como parte de mi contribución hacia la cooperativa. Muchos famosos de la época fueron compradores de la tienda, incluyendo a John Lennon y Yoko Ono, Julie Christie y, el amor de nuestras vidas, el asombroso actor Raúl Julia. Mi Amiga Cathy Hawkins continúa al frente de la tienda como gerente, la cual ahora está localizada en el West 112th Street y Broadway.
Ahora trabajo para una firma de reclutamiento ejecutivo cuya base de clientes es conformada por empresas relacionadas con los medios de comunicación, publicistas para la industria del entretenimiento y la tecnología.
2. ¿Cuándo y cómo conociste a Rubén? ¿Qué te pareció como artista y compositor? Siempre fue un artista ambicioso, ¿Fue tomado en serio por todo el mundo?
Conocí a Rubén en Liberty House. Para entonces, la tienda estaba localizada sobre Broadway y West 84th Street y él vivía en West 86th Street. La tienda estaba ubicada en un edificio que tenía un estacionamiento en una calle lateral. Una de mis amigas, Karen (hija de un campeón de la Rumba, debo agregar), también trabajaba en la tienda y en esa época ella salía con un bajista de la orquesta de Mongo Santamaría. Mongo estacionaba su van y algunas veces entraba a la tienda, ya que entonces vendíamos también una maravillosa colección de instrumentos musicales africanos. Nos divertíamos mucho cunado Mongo entraba a la tienda, tenía mucho entusiasmo y generalmente tocaba los instrumentos para después ponerse a coquetear con todas. Estacionar la van de Mongo era, algunas veces, el trabajo de su amigo Ralphie, un buen muchacho y, además, todo un personaje. Cuando Ralphie estacionaba la van usualmente golpeaba la pared, haciendo que toda nuestra mercancía saliera volando desde los anaqueles o estantes, así que nos tocó conocer a Ralphie bastante bien. Fue Ralphie quien me preguntó si había escuchado alguna vez al cantante panameño Rubén Blades – le respondí que no. Me preguntó si alguna vez había ido al club local de Salsa Barney Google and the Corso y le contesté que no. Aproximadamente dos semanas después de eso Rubén visitó la tienda para conocer a la ‘muchacha italiana de nombre Paula’ de la cual Ralphie le había hablado y comentado que se trataba de ‘una de sus más grandes admiradoras’. Creo que sucedió en 1975.
Para ese entonces Rubén cantaba con Raymond [Barretto] y, como artista, trataba de mantenerse musicalmente activo al mismo tiempo que debía mantenerse económicamente. Escribió una gran cantidad de música, hizo coros para grabaciones y realizó presentaciones para poder ganarse la vida. No se trataba de ambición sino de la claridad en cuanto a sus metas y la confianza de que sería exitoso en su carrera. Ese fue su enfoque. Trabajó muy duro. Cuando lo conocí me dijo que iba a ser un cantante famoso y que después iría a Hollywood para actuar en películas. Recuerdo haber pensado que tal vez él estaba enloqueciendo.Una de las cosas que hizo, desde el principio con Fania, fue componer para que artistas ya consagrados como Ismael Miranda grabaran sus canciones. Asi que, antes de ser reconocido como cantante, ya era apreciado como compositor dentro de la empresa disquera. Fue su calidad como compositor lo que le permitio ser reconocido por Fania. Recuerdo en particular que fue Ismael Miranda el primero en reconocer, y dar credito publicamente, a Rubén por sus composiciones. Rubén nunca lo olvido. Simpre crei que Rubén es un compositor que tambien canta, en vez de un cantante que tambien es compositor.
Constantemente recibia llamadas de gente diciendo “necesito una buena tonada”. Eso fue lo que precisamente ocurrio con “El Cantante”. Willie lo llamo porque Héctor habia sido hallado con una sobredosis dentro de un auto y necesitaba una “buena cancion o tonada” para ayudarle a regresar a la escena. Inicialmente Rubén no quiso darle la cancion a Héctor, pero lo convenci de que lo hiciera. Me encantaba Héctor Lavoe y la broma mas grande entre Rubén y yo era que Héctor fue mi cantante favorito (lo sigue siendo). Cada vez que Héctor se presentaba me aseguraba de ir a escucharloEn una oportunidad, durante un concierto de Fania All Stars en el Madison Square Graden de Nueva York, Rubén vino hasta donde yo estaba sentada en medio de la audiencia y me llevo tras bastidores –lo que yo odiaba- Sin pronunciar palabra me condujo hasta donde Héctor estaba, recostado sobre una de las puertas. Al llegar justo al frente de Héctor me pregunto: ‘quien es tu cantante favorito?’ y le conteste ‘ Héctor Lavoe’. Héctor se sonrió sin saber exactamente lo que ocurría y fue cuando Rubén dijo: ‘ Héctor, sabes quien es ella? Es mi novia Paula’. Héctor entonces rió a carcajadas. Al principio me molesto un poco pero después entendí que se trato de un gesto muy generoso de Rubén. El y Héctor eran, para ese entonces, rivales musicales.
Cuando Rubén llego a Nueva York ya era reconocido, como cantante, en su natal Panamá. Su madre, Anoland, también músico, desaprobaba la inclinación de Rubén por la música y, en su lugar, siempre trato de que Rubén finalizara sus estudios. Siempre supo lo difícil que era la vida de un músico. En una oportunidad, durante un carnaval, me dijo que Rubén estuvo de acuerdo con no cantar mientras estuviera en la universidad. Pero un día, mientras manejaba hacia su trabajo en la zona del canal, vio una pancarta gigantesca que anunciaba la presentación de Rubén durante el carnaval. Me dijo que se enojo tanto que casi perdió el control del vehículo. Resulto que la presentación de Rubén debía mantenerse como un secreto para Anoland. Uno de los hombres, responsable de remover la pancarta por las mañanas antes de que Anoland pasara por el lugar y colgarla de nuevo después de eso –lo mismo ocurría por las tardes, al regreso del trabajo- se quedo dormido y Anoland enfureció al ver la pancarta. Ella reía a carcajadas cuando me contó esta historia. Fue una mujer excepcional, en realidad la extraño.
Era Rubén tomado en serio por la gente? Rubén es hombre extremadamente inteligente y bien educado. Claramente articulaba su visión de como creía que las cosas deberían darse, trabajaba duro y tenia interacción increíble con la audiencia. No se cual sea la situación ahora, pero en ese entonces realmente apreciaba al publico que se deleitaba con su música y que siempre, en retorno, lo aprecio. Rubén nació para contar historias.
Siempre fui gran admiradora de lo que consideré el genio de Willie Colon y siempre motivé a Rubén para que cantara y colaborara con la banda de Willie. Y hablando de los seguidores de su música, cuando el disco “Siembra” salió a la luz en 1978, Jerry Masucci le dijo a Rubén que el disco era un buen álbum pero no se estaba vendiedo bien. El edificio donde estaba nuestro apartamento estaba justo al frente de muchos otros en un vecindario predominantemente Latino y podíamos escuchar, a todo volumen, los reproductores de música con las canciones del álbum –no creí que Jerry estuviera diciendo la verdad-.
El primer concierto en Puerto Rico, donde se interpretaron las canciones del álbum, fue titulado ‘Roberto Roena y su Apollo Sound’ pero cuando Willie y Rubén comenzaron a tocar y cantar el público entero cantó las canciones y enloqueció. Yo sabía que Rubén estaba emocionado con la abrumadora respuesta del público –yo lo conocía muy bien-. Recuerdo que Ralph Mercado y Roberto Roena salieron corriendo. Era fenomenal. Rubén se paró en una de las puertas de salida y estrechó las manos de todo el que salió. Fueron horas las que pasaron mientras lo hacía. Creo que fue allí cuando supo que triunfaría y aquello (estrechar manos) fue un gesto de su apreciación. Los seguidores de la música Latina son los más fieles del mundo”.
3. La Canción... ¿Cómo fue escrita, y que significó para ti?
La melodía ya existía varios años atrás. Lo cual no era muy inusual. El me dijo que escribiría una canción acerca de mí pero nunca mencionó nada más allá y yo lo había olvidado. Cuando Rubén y yo fuimos a Miami en una navidad a visitar a su familia, su madre Anoland y yo fuimos a un pequeño centro comercial local. Ella me preguntaba acerca de la melodía y le dije que nunca la había escuchado. Como sabes Anoland era talentosa para la música, tocaba el piano y cantaba hermosamente. (Una vez tocó para la reina Elizabeth y el príncipe Felipe cuando visitaron Panamá) en ese centro comercial ella entro a una tienda que vendía pianos y toco la melodía.
En 1978 estando Rubén de gira por Perú, yo escuchaba una noche un famoso show de salsa en una emisora de radio y anunciaron la nueva canción de Rubén titulada Paula C. incluida en el disco de Louis Ramírez. Para esa época él siempre tocaba sus canciones a guitarra antes de grabarlas. El debe haber mantenido en secreto la realización de esa canción. El nunca me dijo que la había grabado y yo estaba muy sorprendida de ver mi nombre en el título. Yo pensé que él escribiría una canción ambigua pero los hechos fueron basados en la realidad. Para ese tiempo fue difícil para mí. Parecía que llamaba mucho la atención y hacia pública nuestra relación, lo cual como te imaginas, complica las cosas.
Rubén siempre se sintió a gusto con su imagen pública pero yo soy una persona más reservada. Las personas me miraban cuando estaba con él y estoy segura que hacían comentarios hacia mí de presumida - pero nunca en mi cara. Algunas veces que viajaba con él, la gente me pedía autógrafos, lo que era muy divertido, pero me complacía que eso no pasara en los Estados Unidos. La mayor parte que vivimos en el mismo barrio donde todos se conocían entre sí, no hubo nunca ninguna algarabía. El barrio estuvo siempre orgulloso de Rubén y de su éxito y pocas veces perfectos extraños tocaban la puerta para pedir hablar con él y recibíamos cartas de fans. ¿Cómo consiguieron la dirección? nunca lo sabré. Hoy - 30 años después la gente del barrio todavía me pregunta como le va a él.
Una vez que estuvimos en Panamá para los carnavales - ellos construyeron un toldo llamado Paula C. Un toldo es un salón improvisado usualmente desmontado después de los carnavales. Yo estaba determinada a visitar aquel toldo - Paula C. (Yo sentía que era mi obligación reivindicar mi honor) y después de unas palabras bien sentidas - Rubén me llevó hasta allá. La gente estaba emocionada de tenerlo allá y la pasamos muy bien. También vi una foto de un tanquero de petróleo venezolano llamado Paula C, pero nunca lo vi. Alguien me dijo también que había un caballo de carreras llamado Paula C. He escuchado la versión de Danilo Pérez en su CD - La cual es genial.
Con el paso del tiempo - la canción me ha dado una especie de "Gracia" una bendición si se puede. Yo nunca la menciono pero alguien debería saberlo - ellos han sido muy gentiles. Estoy muy agradecida con Rubén por eso. Esta sorprendida de enterarme por medio de Alison que la gente pensaba que yo había muerto (o que era brasilera) y que todavía se preguntan con curiosidad por la canción y la mujer que la inspiró 30 años después. Todo es muy extraño y maravillosamente impresionante.
Quizá el hecho más interesante es que yo nunca vi a Rubén interpretar esa canción. Yo no se por que pero todo paso de esa forma. Quizá por que la canción apareció en un disco de Louis Ramírez pero él estaba tocando con Willie Colón. Yo no se. El escribió las letras para mi, la cual todavía conservo. Todavía - todo lo que se dijo - Paula C es mi tono de repique.
4. Fania - Me gustaría conocer tu opinión sobre como fue para él, ir de la oficina de correos hasta el estrellato con la orquesta de Barretto y Harlow, y como fue para los artistas que trabajaban en la compañía.
Yo creo que si tu buscas en el fondo de cualquier negocio - no sería bonito La Fania era una verdadera compañía en los 70 tal y como la conocí. Yo no conocí a Jerry Masucci muy bien y francamente no quería conocerlo. Yo conocí a su hermano Alex, y él era muy divertido - siempre te hacia reír. Para la época en que Rubén sale a escena, la Fania era la única en el juego por que Jerry había comprado a todas las compañías pequeñas. La regla era o grababas con Fania o simplemente no grababas.
Recuerdo que una vez Willie Colón me dijo que paso su adolescencia en un estudio de grabación. Entonces él y Alex condujeron alrededor del estudio en el carro de su madre y vendieron los álbumes. En los 70 había un increíble grupo de talentosos músicos en la Fania como: Larry Harlow, Willie, Tito, Héctor, Cheo, Pete El Conde, Celia, los hermanos Palmieri, Raymond e Ismael y muchas otras excelentes bandas. Por que no tenían competencia, el trato era que Jerry firmaría contratos multi-album y pagaría una pequeña cuota a los artistas y sin derecho a regalías. La única manera que un músico pudiera hacer dinero suficiente para mantener a sus familias era con las giras, y esas giras eran promovidas por Ralph Mercado.
Cuando yo conocí a Rubén en 1975, todavía estaba en el correo y luego comenzaría a cantar con Ray Barretto. Se le pagaba por noche - algunas veces trabajaba 3 noches otras, 2 noches debido a que no teníamos mas dinero que el que yo ganaba. Recuerdo que Rubén también cantó con Joe Cuba mayormente presentaciones en New Jersey. A él también le gustaba trabajar con Joe quien era todo un caballero. Jerry y Fania tenían a todos controlados como en un barril cuando lo querían, y en cada aspecto de sus vidas. En muchas instancias controlaron sus tarjetas de crédito y sus cuentas eran pagadas por Fania. Si había una situación que a Jerry no le gustaba - el cortaba financieramente al artista. Era realmente como una botica y Jerry Masucci era el amo. Así fue como Fania se mantuvo como el líder de todo el lamentable negocio de explotación.
Rubén trabajaba muy duro y tocaba bastante para hacer dinero. Viajó mucho. Fue apoyado muchísimo por su ídolo y mentor, Cheo Feliciano y su maravillosa esposa Coco. Ellos conocían el mundo de la música de Salsa y lo ayudaron para que entendiera lo que debía hacer. En una gira que organizó Ralph Mercado, llamo a Rubén y le ofreció un precio muy bajo por todos los espectáculos. Así fue que. Rubén ya gozando de cierta fama, sentía que el precio era demasiado bajo y decidió llamar a Cheo quien ya había tocado en centro y sur América. Cheo conocía la capacidad de todas las sedes y el costo de los tickets - así que podían calcular cuanto podrían ser los ingresos. Cheo y Coco son muy gentiles y siempre han tratado a Rubén como de su familia y han apoyado su carrera. Cuando íbamos a Puerto Rico - ellos siempre nos invitaban a cenar en su casa y una vez nos llevaron a recorrer la isla y vimos todos los bellos lugares de la ciudad. Tengo bellas memorias de esos días - 30 años después - La familia Feliciano me envía una tarjeta de navidad. Que gente tan excepcional.
Debido a su trabajo en el correo, Rubén tenía acceso a mucha más información interna acerca de la compañía y de sus músicos. La secretaria de Jerry, Gert Fredd era una dulce dama de Maine quien gustaba de Rubén y lo ayudaba y vio inmediatamente que él era diferente. Ella una vez me dijo con tono de asombro que Rubén estaba conduciendo el corre de forma genial - "y eso que no esta familiarizado con nuestros códigos postales" Rubén tenía que cruzar las calles de la ciudad todos los días empujando esas carretillas gigantes hasta la oficina postal.
En ese entonces lo ayudaba a empujar esas carretillas Gerson Borrero a quien conoció en una cantina. Gerson se convertiría en un famoso periodista y comentarista político y actualmente escribe para El Diario La Prensa y tiene un show radial y aparece en el canal uno de Nueva York. Gerson me ha dicho que recuerda cuan pesado era empujar aquellas carretillas por las calles y como fue cuando se conocieron en aquel restaurante - Rubén le dijo que guardara el pan gratuito en sus bolsillos "para después"
Luego de trabajar todo el día en el correo, y si tenía suerte, se iba al estudio para hacer coros para los otros artistas que grababan durante la noche. Cuando alguna de las canciones escritas por Rubén comenzaba a ser bien vendida - Jerry lo trataba de forma diferente. Rubén vino a casa un día y me dijo que Jerry lo llevaría a su casa de Westchester la cual es una zona exclusiva del área norte de Nueva York.
Yo le recordé que eso podría convertirse en una deuda futura para él con Fania con la cual no podría. Rubén fue muy cuidadoso con su dinero, lo poco que tenia, el viaje nunca se dio. Eventualmente firmo un contrato por 5 o 7 álbumes, pero después del inmenso éxito de Siembra era claro que Rubén lo rompería. Antes de que Jerry le dijera que el álbum no se había vendido bien o que no funciono - Jerry le dijo que le había costado cerca de 150.000 dólares grabar el disco en su estudio "con todo y gastos" y cuando Rubén le pregunto que eran esos gastos fue que comenzó el gran problema. Yo supongo que en el pasado, si Jerry le decía a alguien que los gastos de grabación eran 150.000 dólares allí quedaba la cosa. Pero ahora Jerry el abogado estaba hablando con Rubén el abogado.
Aparentemente cuando Jerry firmaba a un Nuevo artista él le recomendaba a un abogado para que lo asesorara. Cuando esas preguntas sobre los gastos de Siembra aparecieron, yo llame a mi vecino Art, quien era un abogado en entrenamiento para que chequeara al abogado de Rubén sugerido por Fania - y resulto que el mismo había sido expulsado. Art nos recomendó a Dave Lubell, el abogado por CBS. Así que Rubén y yo fuimos a verlo. El escuchó la historia completa de Fania y nos dijo que todas las compañías disqueras les robaban a sus artistas, pero tomó el caso de Rubén para devolverle sus derechos de publicidad. Si mal no recuerdo los honorarios legales eran altísimos - en el orden de los cientos de miles de dólares. Pero Rubén estaba determinado a hacer lo que fuera necesario con la esperanza de recuperar su dinero y de ayudar a otros músicos de Fania.
Víctor Gallo, un cubano era el encargado de las finanzas de Jerry cuando la Fania estaba de gira, Víctor salía a comprar una bicicleta nueva y se la entregaba a alguien, luego llenaba la funda con el dinero recabado y desaparecía con él al terminar el show. Yo misma vi uno de esas fundas llenas de dinero en Puerto Rico.
Para la época Rubén estaba escribiendo Maestra Vida y tocando tanto como podía para ganar dinero y pagar sus cuentas producto del conflicto legal además de continuar con su carrera. Me preocupaba mucho por él. Por que se había enfrentado a Fania de una forma que nadie lo había hecho antes (y que nadie había visto) Jerry le tenía rabia a Rubén y trataba de que no volviera a trabajar de nuevo y que fuera apartado de todo el negocio de la música. Jerry tenía que asegurarse de que todo el mundo se mantuviera a raya y que Rubén fuera visto como un peligro. Otros músicos que simpatizaban con la causa de Rubén le tenían miedo a Jerry y no hicieron nada para enfrentarlo. Muchos ahora declaran haberse opuesto a Fania en ese momento. Pero no hay evidencia de nada de eso.
Al mismo tiempo Rubén trataba de comenzar una alianza de forma que cada uno pudiera obtener una participación justa en el negocio, él organizó varias reuniones y cubrió todos los gastos, pero sus esfuerzos no dieron frutos - supongo que por temor a represalias por parte de Fania. Durante ese tiempo Rubén también lidiaba con serios problemas de inmigración. Cuando lo conocí en 1975, el me dijo que tenía una orden de deportación. Decidió regresar a Panamá y fue al aeropuerto a tomar el avión - pero se quedo dormido y perdió el vuelo así que estaba ilegalmente en Estados Unidos.
El domingo jugo fútbol en el Central Park con unos chicos de sur América. Ellos le presentaron a otro jugador Claude Kleefield quien era un abogado de inmigración y así consiguió una visa provisional.
El desgaste y la presión por todos esos problemas fueron haciendo mella en Rubén que estaba física y emocionalmente exhausto. Imagina tener una relación con alguien bajo semejantes circunstancias - fue un milagro que duráramos tanto. Pero pienso que estábamos educados de forma muy similar y nos cuidábamos mutuamente - así que lo soportamos.
El pasado febrero, los gastos funerales de Pedro Knight, trompetista de la Sonora Matancera y esposo por 41 años de Celia Cruz, fueron pagados por un empresario de Miami por que cuando Pedro murió estaba arruinado. Ese hecho te da una idea de lo que era Fania y de cómo uso a sus artistas. Celia produjo millones de dólares para Fania y fue una de las estrellas más grandes y amadas de la salsa. Dios bendiga el corazón, el alma y la vida de esas generosas personas que respetaron la memoria de Pedro y Celia, y que han elegido permanecer anónimos.
El actual gerente del catalogo de Fania music, el cual fue comprado a Jerry Masucci estate, es una división de Virgin Records-(V2)-eMusica. Con el nuevo CEO Giora Briel y el trabajo de Bobby Marin, ellos han ampliado y re-masterizado la mayoría de las cintas originales que fueron encontradas en Nueva York. El sonido es superior a como era originalmente. Cuando eMusica re-masterizo El Cantante de Héctor Lavoe, yo les preste los escritos originales de Rubén, los cuales fueron usados en el empaque del CD.
Yo creo que el negocio de Fania fue conducido de la misma forma como un avaro gerencia un edificio de condominios - comienza de la nada y lo va engordando a costa de otros. Esos fueron unos terribles días pero al final Dave Lubell hizo su trabajo y Rubén gano su caso, Claude Kleefield le dio su visa y Rubén se mudo a un éxito aun mayor.
Así que, de verdad es importante ver más allá de los temores.Entrevista vía correo electrónico con Paula C por Sandra Lafuente P.Revista Marcapasos 22 Mar 2010
La tumba del Ciego Maravilloso desde la primavera del año 2012 se ha convertido en una de las más visitadas del cementerio de Ferncliff, a donde acuden sus fervientes partidarios, fanáticos y admiradores, residentes del condado del Bronx y de cualquier parte del mundo, quienes llegan al camposanto para rendirle tributo de admiración a la memoria del que fuera denominado el padre de la salsa y el rey del guaguancó. La lápida que señala el lugar donde descansan los restos mortales del profeta de la música afrocubana es una sobria y escueta placa de bronce donada por el destacado pianista judío neoyorquino Larry Harlow, con una sencilla inscripción sin epitafio: “Arsenio Rodríguez 1911-1970”. Un epitafio imaginario ronda en el ambiente: ‘Aquí descansan en paz los restos de Arsenio Rodríguez, el hombre que comprendió, como nadie, que la vida es un sueño’”.
“Arsenio Rodríguez residió en varias ocasiones en el Spanish Harlem, al norte de Manhattan, acompañado de su esposa Emma Lucía Martínez, pero la mayor parte del tiempo que vivió en la ciudad de Nueva York su lugar predilecto para residir era el condado del Bronx. Se reunía allí una gran familia latina, principalmente conformada por boricuas, constituyendo una vigorosa comunidad orgullosa de su herencia, de sus tradiciones y de su música.
Ya desde antes de la década del cuarenta proliferaron en el Bronx decenas de sitios de baile instalados en antiguos salones, teatros e iglesias que habían sido construidos por los primeros pobladores del condado, en especial por emigrantes irlandeses y de diversas naciones europeas. En la medida en que los puertorriqueños fueron sustituyendo a los europeos y convirtiéndose en la mayoría latina dentro del Bronx este adquirió las características de una gran barriada latinoamericana llena de músicos, gente dispuesta a bailar y locales para albergar una intensa vida nocturna.
Las experiencias de Arsenio Rodríguez interactuando con los pobladores de El Barrio (como también se le llamaba al Spanish Harlem), y del Bronx, quedaron plasmadas especialmente en los temas Como se Goza en El Barrio y La Gente del Bronx, grabados en la urbe neoyorquina en 1951, pero igualmente están presentes en el guaguancó Lo que Dice Justi (“El Barrio tiene la llave, el Bronx botó la pelota, con mi guaguancó…”) grabado en 1958.
Si bien es cierto que la fama relacionada con la sofisticación de los locales de diversión de Manhattan no era infundada y que su elegancia fue proverbial, el Bronx no se quedaba atrás, tenía su propio estilo y forjó un ambiente repleto de buenos establecimientos para bailar, en los cuales las orquestas cubanas, puertorriqueñas y newyorquinas tuvieron grandes oportunidades. El Bronx tenía su propia energía musical, características especificas desde el punto de vista étnico, como el idioma español, la comida boricua o cubana, y el tejido social conformado por miles de emigrantes procedentes de la cuenca del Caribe quienes llegaron a la ciudad con sus saberes, profesiones, tradiciones, sueños y sensibilidades.
A partir de 1951 el Bronx fue el escenario principal de las andanzas musicales deArsenio Rodríguez y de su conjunto neoyorquino. El artista matancero contrató a una buena cantidad de cantantes y músicos puertorriqueños para que hicieran parte de su agrupación, igualmente vinculó afroamericanos, nuyoricans, venezolanos y panameños, sin dejar de lado a sus compatriotas cubanos. Entre los boricuas cabe destacar a Cándido Antomattei, Israel Berríos Castro, Frank Souffrónt, Pedrito Caballero, Raffi Martínez, Güito Kortright, Sarah Martínez Baró, Manolo El Barroso Morales, Julián Llanos y Willie Capó. Todos estos cantantes le hicieron significativos aportes a la propuesta estilística del Ciego Maravilloso en la urbe neoyorquina y el testimonio de sus voces magistrales ha quedado plasmado en numerosas grabaciones realizadas por el conjunto de Arsenio en la Gran Manzana desde 1951 hasta 1968.
Este hecho, de importancia discográfica, no nos puede llevar a perder de vista que la actividad principal de Arsenio en Nueva York, durante los años que duró su permanencia en esa ciudad, no fueron las grabaciones sino las presentaciones realizadas a diario en los locales de baile.
Las grabaciones no dejaban en realidad mucho dinero, esto llevó pronto a Arsenio Rodríguez al convencimiento de que era necesario insertarse en la dinámica de la música latina neoyorquina para adaptarse al ambiente farandulero y sobrevivir en el circuito de los bailes nocturnos. El tinglado que controlaba la contratación de orquestas en los clubes de prestigio situados en Manhattan era un círculo muy cerrado que Arsenio no consiguió penetrar completamente, por eso trabajó poco en los grandes establecimientos de la ciudad en los que la fama, la fortuna y el éxito le fueron esquivos.
La música de Arsenio era esencialmente para bailar y cuando su propuesta musical careció de acogida por parte de las casas disqueras, los clubes nocturnos, los hoteles y los teatros de Manhattan, y no fue apoyada por los ejecutivos de la radio neoyorquina, su quehacer artístico se concentró en el Bronx, si bien como ya lo anoté, también frecuentaba el circuito de cabarets, teatros, discotecas y clubes de Harlem y del Spanish Harlem. Simultáneamente trabajó en los barcos, que eran verdaderos bailaderos flotantes. Estos zarpaban desde los muelles de la Calle 125, le daban la vuelta a la isla de Manhattan, permitiéndoles a los pasajeros contemplar el paisaje nocturno de la ciudad mientras bailaban, y regresaban de nuevo a Harlem. Las fiestas de los botes le reportaron importantes ganancias al Mago del Tres, quien no solamente fue un músico de tierra firme.
Revisadas las evidencias históricas disponibles no cabe duda que el verdadero escenario de Arsenio en Nueva York fue el Bronx, y no solamente desde el punto de vista profesional sino también desde el punto de vista existencial y personal. Su integración al vecindario, como vemos, fue definitiva. El músico llegó a formar parte del “paisaje y del paisanaje” de las calles y avenidas del mencionado condado. Pese a que cuando las cosas no andaban bien viajaba a Los Ángeles, a Miami, a Chicago, a Willemstad, Washington o San Juan para probar fortuna, llegando incluso a vivir varios meses en Puerto Rico y un poco más de dos años en Los Ángeles, su ciudad fue en verdad Nueva York, y dentro de Nueva York, el Bronx.
Por estas razones no es extraño que el tresista invidente haya forjado tan estrechos lazos de hermandad con los moradores y los músicos del Bronx. Cuando examinábamos el papel jugado por Arsenio Rodríguez en el surgimiento de la salsa, destacamos que los vasos comunicantes entre este y los salseros se desprenden de la profunda identificación que tuvo Arsenio con el Bronx y El Barrio, y de la reciprocidad que el genial músico invidente recibió de los habitantes de estos dos distritos latinos neoyorquinos. Los jóvenes músicos que se destacaron en la primera generación de salseros conocieron a Arsenio Rodríguez personalmente, algunos trabajaron con él, y muchos de ellos crecieron bailando con su música e interpretándola en las esquinas del Bronx.
La decisión de Arsenio Rodríguez de establecerse en el Bronx puede ser mejor comprendida si tenemos en cuenta el antecedente más inmediato de su trayectoria artística que consistía en identificarse plenamente con los sectores obreros de las barriadas populares de La Habana y Marianao, lugares donde había vivido en su juventud, desarrollando buena parte de su carrera en salones de baile frecuentados por gentes de los estratos sociales más bajos.
Esto le reportó salarios modestos pero le sirvió para afianzar su nombre y para imponer el estilo inconfundible de su obra, propiciando que su música fuera interiorizada por el pueblo, de donde en definitiva le venía toda la inspiración al Ciego Maravilloso.
De forma paradójica después de su muerte (ocurrida en Los Ángeles el 30 de diciembre de 1970), y luego de su sepelio (escenificado en un cementerio cercano a la ciudad de Nueva York llamado Ferncliff, situado en Hartsdale, Westchester County, el 6 de enero de 1971), la música del gigante matancero perduró en el corazón de los latinos neoyorquinos transfigurándose incesantemente en las temáticas salseras de los setentas, ochentas y noventas, pero la tumba sin nombre y los restos mortales del Ciego Maravilloso cayeron en el más completo olvido. Solamente cuarenta años después de muerto y enterrado, el tema de la tumba anónima volvió a la palestra.
Cuando aún vivía en el Bronx, Arsenio Rodríguez contrajo matrimonio con Anadina García una ciudadana de origen dominicano residente en la ciudad de Nueva York. Esto ocurrió en 1960. Poco después se separaron y entre los años 1964 a 1966 el músico se estableció en Los Ángeles acompañado por sus hermanos Quiqui y Raúl. Sin embargo frecuentemente regresaba a la Gran Manzana motivado por la ilusión de hacer nuevas grabaciones y de conseguir trabajo en el circuito nocturno. Desde 1966 hasta 1970 permaneció de nuevo en la ciudad de Nueva York (si bien viajaba seguidamente al lejano oeste americano) y en el otoño de este último año regresó definitivamente a California. En ese constante ir y venir de una ciudad a otra le sorprendió la muerte.
El hecho de que nunca se divorciaron oficialmente después del fallido matrimonio, motivó a la señora García a reclamar el cadáver del difunto músico para llevárselo a Nueva York. La situación se tornó caótica, Arsenio había dejado de convivir con ella desde hacía más de un lustro y la insólita reclamación generó un irreconciliable disgusto entre Raúl, el hermano menor de Arsenio, y la mujer en comento. Terminó imponiéndose la lógica legal y a los hermanos del profeta de la música afrocubana no les quedó más remedio que entregarle a esta mujer, poco menos que una extraña para ellos, el cadáver del ilustre compositor. Raúl Manuel (en representación de Quiqui… “Anadina García aparta de mí este cáliz”) bebió de ese trago amargo. Con el aporte económico voluntario de algunos de los más cercanos amigos del célebre tresista, tal como lo escribió Max Salazar, la mujer consiguió darle cristiana sepultura en Ferncliff.
Varios años después Anadina García retornó a la República Dominicana donde finalmente murió. Era una de las herederas legítimas de todos los bienes dejados porArsenio Rodríguez y tenía los derechos sobre la tumba del Brujo de Macurijes. Ella y Arsenio se conocieron en 1959 en las reuniones de los Testigos de Jehová, culto que ambos habían abrazado en la urbe neoyorquina.
El matrimonio no duró por las constantes riñas de la pareja; ella era una mujer común y corriente, de la casa, y Arsenio era un artista. La señora García tuvo un matrimonio anterior y estaba a cargo de dos hijos llamados Reinaldo Enrique Martínez y Digna Martínez (hoy en día Digna Gómez por su apellido de casada). Arsenio no se llevaba bien con Reinaldo, apodado Randy, pero no obstante le compuso una canción cuyos derechos autorales le transfirió para ayudarlo económicamente, la canción se intitulaQuién Soy. Randy era un pandillero adolescente del Bronx, metido en líos con la policía y vivía en un constante pugilato con Arsenio. El Ciego Maravilloso lo inmortalizó en otra composición homónima: “Randy eres un villanazo, Randy, qué cáncer de muchacho…”.
Para poner distancia del tormentoso conflicto matrimonial el músico se fue a vivir a Los Ángeles y desde 1964 hasta su muerte estuvo de un lado para el otro sin establecerse completamente en la urbe californiana ni abandonar del todo la Gran Manzana. Esta decisión de irse a California terminó por desencantarlo; si bien el clima era benigno para su maltrecha salud, no pasó lo mismo con el ambiente musical ya que en esas tierras no pudo hacer ninguna grabación, se encontró con dificultades para conformar un conjunto de alto nivel, y contadas excepciones, fueron muy pocas las oportunidades que la ciudad le dio para trabajar de manera estable. Estas circunstancias adversas condicionaron negativamente la calidad de la música que hizo en el último quinquenio de su vida y al mismo tiempo lo divorciaron gradualmente de la escena musical latina neoyorquina en la que había sido influyente una década antes.
Los hermanos de Arsenio permanecieron en Los Ángeles tras el deceso del gigante matancero; ambos estaban aún en la ciudad durante el año 1975 cuando posaron para una fotografía donde aparece también Ray Barretto quien andaba por entonces en una gira que lo llevó a varias ciudades de California. Barretto está junto a algunos de los integrantes de su orquesta, entre ellos el cantante Tito Gómez, el bongosero Tony Fuentes y el trompetista cubano Roberto Rodríguez. Quiqui figura a la derecha de Barretto y Raúl Manuel a la izquierda.
Sus vidas continuaron más allá de la ausencia de Arsenio, pero Quiqui murió en 1979 y Raúl Manuel finalmente falleció en Los Ángeles el 14 de abril del año 2001. Ellos desarrollaron su periplo vital lejos del cementerio de Ferncliff sin cerciorarse de un hecho tan insólito como lamentable y fue que la tumba del maestro Arsenio Rodríguez quedó abandonada y sin lápida, reducida a un número de identificación, el 1347 de la sección Hickory, un anónimo lugar del cementerio. Anadina García no se ocupó de ese importante aspecto, que por lo general no pasa desapercibido después de los sepelios, y mucho menos los hijastros del músico, en especial Randy con quien tan mal se llevaban. Fue, en consecuencia, con el correr de los años, una tumba sin deudos que se ocuparan de ir a visitar los restos del músico inmortal.
Randy pese a todo es ya un hombre mayor, más atemperado y quien conduce su vida hoy en día en Manhattan serenamente después de haber malgastado la juventud en actividades non sanctas. Por su parte Digna Gómez es ama de casa.
El 11 de septiembre del 2012 viajamos a San Juan de Pasto, ciudad del sur de Colombia, para conversar con el pianista Edy Martínez y recordamos los tiempos en los cuales él fue invitado por Arsenio Rodríguez para tocar con su conjunto en el club El Corso de Nueva York, a la sazón, el último gran refugio del Ciego Maravilloso en esa ciudad. Cuando le conté que la tumba del artista matancero había estado sin lápida durante más de cuatro décadas, en completo abandono, desde el 6 de enero de 1971 hasta el 24 de febrero del 2012, el influyente músico me dijo: “¡No te lo puedo creer, semejante compositor tan grande!”. Edy Martínez estaba muy conmovido con mi relato y en su rostro septuagenario se dibujó una expresión de asombro y desconcierto al mismo tiempo. Fue su espontanea reacción, como si no pudiera darle crédito a lo que estaba oyendo.
El día que supe de esta historia también me pareció inaudita. La primera vez que la leí fue en uno de los libros publicados por el Doctor David F. García en el año 2006. Algún tiempo después volví a encontrar el relato en el libro del maestro Pablo Delvalle Arroyo. Las gentes del Bronx pasaban por Ferncliff durante años sin enterarse de que en aquel cementerio descansaban los restos de Arsenio Rodríguez. Su música con el correr de los años, lejos de desaparecer de la escena neoyorquina, ha permanecido en un juego de persistencia ante el cual se me ocurre pensar que en el Bronx la música nunca muere y que en ese lugar de Nueva York han podido convivir tonadas de hace sesenta años con las más nuevas modas musicales de la vanguardia de ahora.
Un residente del Bronx, Ralph Méndez, cuarenta años después de estos hechos “descubrió”, por casualidad tal vez, que en Ferncliff estaba la tumba de Arsenio y en ella sus restos mortales. El sitio exacto, en una de las secciones del campestre recinto sacramental, era un minúsculo lote de tierra identificado apenas con un número y los propietarios de sus derechos Reinaldo Enrique Martínez y Digna Martínezestaban dispuestos a darle el permiso para identificar la tumba con una lápida de bronce.
“Pero la búsqueda de Ralph Méndez realmente comenzó mucho antes, en 2005, cuando le escuchó a un amigo que acababa de mudarse a Westchester County decir que vivía cerca del cementerio donde Arsenio Rodríguez fue enterrado. Méndez, quien es de Tarrytown en Westchester County, pronto se dio cuenta de que era el Cementerio Ferncliff (el mismo cementerio donde solía pasear con su novia cuando era un adolescente). Pero cuando él era joven, él no sabía mucho más sobre Arsenio Rodríguez que el nombre. No sabía que Arsenio Rodríguez fue enterrado allí. No había ninguna señal, ninguna placa, ninguna otra pista. Ralph Méndez consideró que era hora de cambiar eso. Junto con sus amigos Henry Medina, un archivero cinematográfico, el músico Larry Harlow, y la periodista Aurora Flores, ayudó a publicar el año pasado los artículos en The New York Times y el New York Daily News que contaban la historia de la tumba anónima. Entonces, sucedió algo que Ralph Méndez no esperaba: algunos de los herederos de Arsenio Rodríguez entraron en contacto con él. La última esposa del músico tuvo dos hijos de otro matrimonio, que ahora viven en Manhattan y la República Dominicana. Cuando ella murió, estos hijastros tenían los derechos de la tumba. Una vez que el contacto se estableció, Ralph Méndez les pidió permiso para nombrar el lugar de enterramiento (ya que permanecía anónimo desde 1971) y Larry Harlow compró una placa de bronce que ahora adorna la tumba cubierta de hierba.”
Ralph Méndez no estuvo conforme únicamente con ponerle una lápida a la tumba de Arsenio Rodríguez en Ferncliff sino que propuso una iniciativa más ambiciosa consistente en que las autoridades gubernamentales de la ciudad de Nueva York dispusieran del nombre del inolvidable músico matancero para denominar una calle del Bronx, el condado de la ciudad donde él vivió, fue grande y admirado, y donde su espíritu fiestero y animoso sigue rondando aún por los boulevares. La sección de la calle que fue nombrada Camino Arsenio Rodríguez es una intersección de la Avenida Intervale con Dawson Street, cerca de donde estaba el apartamento del Ciego Maravilloso. Jan Hendrik Hinzel en el artículo “Honrado un músico legendario de la salsa en el Bronx”, publicado por el periódico The Bronx Ink el 27 de octubre del 2012 escribió lo siguiente al respecto:
“Se trata de una intersección como muchas otras en la sección de Longwood del Bronx: un gran campo de asfalto rotulado con marcas viales de coloración amarillo y blanco, viejos edificios de ladrillo con escaleras de incendios. El metro pasa montado en sus zancos de metal en algún lugar en el fondo lejano. Sólo la punta verde del norte de Rainey Park distingue a la intersección de Intervale Avenue y la Calle Dawson. Pero pronto se le conocerá también como “Arsenio Rodríguez Way” o “Camino Arsenio Rodríguez”, el nombre del director de orquesta cubano que murió en 1970 y al que muchos consideran una figura importante en la evolución de la salsa. ‘Esperamos que el nuevo nombre estará vigente a más tardar en octubre’, dijo José Rafael Méndez Jr., el fanático de la música latina que está detrás del esfuerzo para cambiar el nombre de la intersección. ‘Pero tal vez será en noviembre. Esperemos que por lo menos antes de que finalice el año’. Méndez ha luchado durante mucho tiempo para honrar a uno de sus artistas favoritos. Presentó por primera vez su idea a la Junta Comunitaria número 2 en Longwood, el 11 de abril del 2012, pero no todos los miembros estaban allí. Les dio el mismo discurso en mayo y finalmente convenció a la junta la cual pasó la solicitud al Ayuntamiento, donde fue aprobada el 25 de septiembre. El alcalde Michael Bloomberg firmó los documentos necesarios el 2 de octubre. Méndez considera queArsenio Rodríguez fue ignorado en la ciudad. ‘Tito Puente obtuvo una calle que lleva su nombre seis meses después de su muerte’, dijo. ‘La Lupe tiene su propia calle en el Bronx. Todos estos artistas latinos tienen lugares que llevan sus nombres y fueron proclamados después de que fallecieron. ¿Por qué no Arsenio? Fundó la salsa moderna. ¿Y no es el Bronx el que se ha autodenominado el barrio de la salsa?’ (…) En la década de 1930, tocando con bandas en la Cuba pre-revolucionaria, Arsenio Rodríguez fusionó ritmos africanos y cubanos. Su instrumento era el tres, una guitarra con sólo tres grupos de dos cuerdas cada uno, en lugar de seis como una guitarra estándar. Todos estos sonidos, dice Méndez, se convirtieron en los principales componentes del estilo de música llamado salsa. Ralph Méndez (…) levanta su voz de nuevo para subrayar que su ídolo vivió en el Hunts Point y Longwood, secciones del Bronx, durante muchos años. Actuó en lugares cuyos nombres son sólo recuerdos ahora: El Club Cubano-Interamericano en Prospect Avenue, El Club Tropicana en Westchester Avenue y el Hunts Point Palace, cuyo gran edificio situado en la esquina del Boulevard South hoy en día alberga un Duane Reade. (…) En las carpetas de Ralph Méndez hay mapas de los distintos barrios del sur del Bronx. Utilizando un marcador amarillo él ha dibujado líneas con puntos de anclaje que representan etapas importantes en la vida deArsenio Rodríguez. Uno de esos puntos es Kelly Street, donde vivía el genial músico, otro es un lugar donde solía tocar con su mítico conjunto. Aún otro es un hogar temporal. Las líneas se cruzan en la intersección de Intervale Avenue y la Calle Dawson. Méndez expresó: ‘Este es el centro de su vida en el Bronx, por eso es que le vamos a cambiar el nombre a la intersección’. La intersección se suponía que cambiaría su nombre el 29 de agosto del 2012. Méndez y los otros seguidores del músico invidente se reunieron ese día para conmemorar los 101 años del nacimiento de Arsenio y los 42 años de su muerte. Incluso viajó desde Cuba la única hija de Arsenio Rodríguez fruto de su primer matrimonio, Regla María Travieso Montecino, a quien Ralph Méndez había rastreado en Cuba hasta encontrarla. Pero el cambio de nombre tuvo que ser pospuesto debido a que la ciudad todavía no había dado permiso oficial. ‘Bueno, los molinos del gobierno son lentos’, dijo Méndez. Pero él es paciente. ‘Yo soy esa clase de personas a quienes les gusta la investigación’, aseveró Méndez. ‘Soy en el fondo un chico tímido, pero en esta iniciativa, tuve que correr al frente. Parece que todavía los logros musicales de Arsenio Rodríguez no han sido reconocidos. Él incluso le dedicó una canción al Bronx: La Gente del Bronx, agregó finalmente”.
El esfuerzo de Ralph Méndez por fin se concretó el jueves 6 de junio del 2013. En el empeño fue acompañado por el cantante y tresista Heriberto Tito González, la escritora y periodista Aurora Flores, el pianista Larry Harlow, el productor discográfico y musicólogo René López, el coleccionista Henry Medina, el trompetistaAlfredo Chocolate Armenteros y algunas personas más. Ahora la ciudad de Nueva York y el condado del Bronx tienen un lugar con el nombre del inolvidable compositor, denominado “Arsenio Rodríguez Way”.
La tumba del Ciego Maravilloso desde la primavera del año 2012 se ha convertido en una de las más visitadas del cementerio de Ferncliff, a donde acuden sus fervientes partidarios, fanáticos y admiradores, residentes del condado del Bronx y de cualquier parte del mundo, quienes llegan al camposanto para rendirle tributo de admiración a la memoria del que fuera denominado el padre de la salsa y el rey del guaguancó. La lápida que señala el lugar donde descansan los restos mortales del profeta de la música afrocubana es una sobria y escueta placa de bronce donada por el destacado pianista judío neoyorquino Larry Harlow, con una sencilla inscripción sin epitafio: “Arsenio Rodríguez 1911-1970”. Un epitafio imaginario ronda en el ambiente: ‘Aquí descansan en paz los restos de Arsenio Rodríguez, el hombre que comprendió, como nadie, que la vida es un sueño’”.
Cartagena de Indias, 1.° noviembre de 1955 - Barranquilla, 26 de julio de 2011), mejor conocido como Joe Arroyo,fue un cantante y compositorcolombiano de música salsa y tropical, considerado como uno de los más grandes intérpretes de música caribeña del país.
El Joe fue un artista respetado y admirado en toda Colombia.
En 1973 tiene su gran oportunidad cuando firma para Discos Fuentes y es reclutado por Julio Ernesto Estrada, el bajista, arreglista, compositor y productor de Fruko y sus Tesos, orquesta con la que alcanzó gran fama y con la que grabó ininterrumpida mente hasta 1981.Entre 1974 y 1975 actuó con Los Líderes (Los barcos en la bahía), entre 1976 y 1981 con The Latin Brothers (La guarapera), en 1976 con Los Bestiales, en 1978 con Pacho Galán (Volvió Juanita) y con La Sonora Guantanamera, y en 1980 con Los Titanes.También hizo coros en otros grupos como Piano Negro, Afro Son, Los Rivales, Los Bestiales, Wanda Kenya, los Hermanos Zuleta, el Binomio de Oro, Juan Piña, Mario Gareña, Gabriel "Rumba" Romero, Claudia Osuna, Claudia de Colombia, Oscar Golden, Yolandita y los Carrangueros, entre otros.
En 1981 fundó su propia orquesta, La Verdad, con la que se dedicó a mezclar diversas influencias musicales, fundamentalmente la salsa con la música costeña (cumbia, porro, chandé, entre otros) y con diversos ritmos del Caribe (socca, reggae) hasta crear su propio ritmo, el "joesón".
Algunos de los éxitos grabados con La Verdad son clásicos de la música costeña que le valieron muchos premios y ser considerado el Rey del Carnaval de Barranquilla, del que ganó 18 Congos de Oro y dos Supercongos de Oro (creados especialmente para él) en el Festival de Orquestas. Uno de sus mayores éxitos fue "La Rebelión" (1986), canción que narra la historia de un matrimonio africano, esclavos de un español, en la Cartagena de Indias del siglo XVII. El solo de piano, ejecutado por Chelito De Castro, y los soneos de Arroyo hicieron de "La Rebelión" un éxito inmediato que aún se baila en las fiestas y discotecas del continente. En México sucede el mismo fenómeno desde que se publicó por primera vez el tema en el LP "Tequendama de Oro Volumen 7" de Discos Peerless en 1987 y su LP "Joe Arroyo y su Orquesta La Verdad, Grandes éxitos", aún a la fecha el tema es muy popular en el movimiento sonidero.