LA HISTORIA DE LA RUTA MUSICAL DE LOS ESCLAVOS EN LATINOAMERICA
¿Cómo es posible que las personas esclavizadas aún quisieran cantar y bailar? La respuesta es muy sencilla: el canto y el baile al ritmo de la música abrían un espacio para la expresión y la libertad.
Escuchemos los ritmos y las canciones que nos traen a la memoria aquella historia forjada en el sufrimiento, cuando la música llegó a ser un medio de supervivencia y, por fortuna para todos nosotros, el único remanso de paz, consuelo y esperanza.
LA INFLUENCIA MUSICAL AFRICANA EN AMERICA
La población de ancestro africano, descendiente de los esclavos traídos por los comerciantes ingleses, franceses, Holandeses, portugueses y españoles durante la colonia, se concentra principalmente en el Caribe y Brasil, pero es también importante en México, Centroamérica, Venezuela, las Guayanas, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay. Los esclavos trabajaban fundamentalmente en las minas o en las plantaciones de azúcar y algodón, y como empleados domésticos en todas las grandes casas coloniales. Su presencia tiene hasta hoy un papel central en las formaciones culturales de América Latina. En relación más o menos directa con las prácticas religiosas, la música y la danza son expresiones fundamentales que permitieron que los esclavos mantuvieran su amor por la vida. Los tambores, los ritmos y las danzas que hoy asociamos con la música caribeña, comenzaron a usarse dentro de los rituales religiosos que muchos esclavos conservaron. Todavía hoy existen manifestaciones importantísimas del espíritu y la fuerza de las poblaciones de ancestro africano en toda la América Latina a través de la producción musical y coreográfica. Como en la religión, los ritmos e instrumentos africanos se mezclaron con los indígenas e hispánicos para formar manifestaciones musicales sincréticas. La bomba puertorriqueña, el merengue dominicano, el son cubano, la cumbia colombiana, el festejo peruano y la samba brasileña, son algunos de los ritmos musicales que incorporan elementos africanos tanto en sus melodías como en la manera de bailarlos. Además, la letra de las canciones con frecuencia recoge las experiencias de opresión, marginación y celebración de las poblaciones de ancestro africano. El fenómeno musical es particularmente significativo, porque es el único caso en que una manifestación cultural de ancestro africano se convierte en símbolo nacional. Para países como Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, la República Dominicana, Cuba y Puerto Rico, los ritmos musicales afro caribeños constituyen una parte fundamental de la identidad nacional, y un elemento imprescindible de las prácticas cotidianas: montar en bus, ir a una fiesta, cocinar y limpiar la casa, son actividades a menudo asociadas con la música afro caribeña. Esta también ha dado visibilidad internacional a América Latina. La "salsa", por ejemplo, combinación de diversos ritmos caribeños y del jazz norteamericano, todos con marcada influencia africana, es famosísima en Estados Unidos, Europa y Japón.
Música afroamericana
Un hombre afroamericano da una lección de piano a una joven mujer, entre 1899 o 1900, en Georgia, EE.UU..
La música afroamericana (también llamada música negra) es un término dado a una serie de músicas y géneros musicales, como son el blues, el ragtime, el jazz, el gospel, el soul o el hip hop, que provienen de o están influenciados por la cultura de la comunidad afroamericana.
Esta comunidad desde hace siglos ha constituido una minoría étnica de la población estadounidense. Algunos de sus antepasados fueron traídos originalmente a Norteamérica a la fuerza para trabajar como pueblos esclavos, trayendo con ellos canciones típicamente polirítmicas de grupos étnicos tanto de África occidental como del África subsahariana. En los Estados Unidos, como se fusionaron las culturas, múltiples tradiciones culturales africanas fueron fusionándose progresivamente con otras músicas tradicionales europeas, como la polka o el vals. Más tarde se dieron periodos de considerable innovación y cambio. Los géneros afroamericanos han sido muy influyentes a través de distintas clases socio-económicas y raciales internacionalmente, disfrutando de popularidad a nivel global. La música afroamericana y todos los aspectos de la cultura afroamericana son celebrados durante el Mes de la Historia del Negro en febrero de cada año en los Estados Unidos.
La influencia de los afroamericanos en la música estadounidense comenzó en el siglo XIX con la llegada del Black Minstrel que fue una forma de entretenimiento que consistía en sketches cómicos, varios actos, danza y música, realizados por personas de raza blanca pintados de negro, quienes satirizaban a las personas de raza negra como ignorantes, perezosos, graciosos, alegres, y musicales. los afroamericanos comenzaron a incorporar una gran variedad de temas espirituales cristianos.
Durante el período de la Guerra Civil Americana (1861 -1865), la expansión de la música afroamericana continuó. Los Fisk Jubilee Singers, un grupo de cantantes afroamericanos, realizaron su primera gira en 1871. Artistas como Morris Hill y Jack Delaney ayudaron a revolucionar la música africana de la posguerra en el este de los Estados Unidos. El primer grupo musical de comedia de negros, Hyers Sisters Comics Opera Co. fue organizado en 1876.
A finales del siglo, la música afroamericana formaba parte integral de la música estdounidense. Músicos de Ragtime (género previo al jazz) como Scott Joplin ganaron popularidad y algunos se asociaron a movimientos artísticos como Harlem Renaissance (Renacimiento de Harlem) que fue el reavivamiento del arte en los Estados Unidos, liderado por la comunidad de afroamericanos de Harlem, Nueva York, donde se destacaban el jazz, la literatura y la pintura, y activistas de los derechos civiles.
RAICES AFRICANAS
La música africana ha sido llevada por sus músicos a todos los lugares del mundo, especialmente a Europa y América, surgiendo de estos contactos, estilos tan relevantes para la música actual como el blues, el jazz, el reggae, el country, la música cubana y latina en general.
Si la música occidental comenzó a colonizar África durante la primera mitad del siglo XIX, será sobre todo en la segunda mitad del s. XX, en la época postcolonial, cuando surja la conciencia de identidad africana, valorando en condiciones de igualdad las tradiciones africanas y las llegadas de fuera, consiguiendo un verdadero interculturalismo del que surge el amplio panorama musical actual, de gran riqueza, tanto tradicional en las manifestaciones culturales menos occidentalizadas, como en las surgidas de la fusión y el intercambio, siendo éstas últimas muy populares en occidente.
LA MUSICA LATINOAMERICANA
La música latinoamericana es un aspecto muy importante de la cultura hispana. Existen muchas variedades de música en Latinoamérica. El estilo de música depende de la región, por ejemplo; en el Caribe, la influencia Africana es muy evidente en la música, y en Sudamérica y México, la influencia indígena es claramente visto.
También los ritmos y letras españolas son muy evidentes en todo tipo de música latinoamericana. Los ritmos y danzas de cada país son un elemento único de cada cultura que sirve para identificar la cultura por completo.
En regiones como el Caribe, la influencia Africana refleja un aspecto muy importante, la mayoría de la música caribeña tiene sus raíces en el continente Africano. Cuando los esclavos fueron importados por los españoles, trajeron su música y religión; estos dos elementos culturales son características muy importantes de la música caribeña.
En países como Puerto Rico y Cuba, la salsa es un estilo musical muy popular, ambos países tienen una cultura parecida y la música es algo que tienen en común aunque la salsa tiene sus orígenes en la ciudad de Nueva York, mas deriva de ritmos cubanos y puertorriqueños, este tipo de sonido se ha difundido en estas islas.
Otros ejemplos son el Son Montuno de Cuba, y la Bomba y Plena de Puerto Rico,en la República Dominicana, los ritmos más populares son el merengue y la bachata, estos tipos de música tienen una gran influencia haitiana.
La percusión africana, como las congas, bongos, y tambora, son instrumentos importantes para la producción de esta música.
HISTORIA DEL DANZON Y MUSICA CUBANA
MUSICA POPULAR CUBANA
Las raíces de la música cubana tienen su origen en Europa y África. Las dos corrientes más influyentes de la Música Popular Cubana pueden ser clasificadas de manera general en: Son y Danzón. La música Afro-Cubana más común en Cuba incluye el Yoruba (la Yoruba) o Santaria, la Abakua y el Palo.
Orígenes del Danzón:
La Orquesta La Moderna Tradición se especializa en el Danzón y sus derivaciones, cuya historia es por demás muy interesante:
A finales de 1700, después de la sangrienta revolución Haitiana, muchos haitianos y colonos franceses huyeron a Cuba y con ellos llegó la Contradanza, su música bailable popular de origen europeo. En el transcurso de muchas cálidas noches cubanas, la Contradanza se convirtió en Danza, a partir de la cual se originó el Danzón. Desde finales del siglo diecinueve el Danzón ha evolucionado y cambiado en muchos aspectos; sin embargo gran parte de la estructura original permanece, siendo esta continuidad lo que hace que el danzón siga siendo definido como una forma artística vital realmente excepcional.
La ruta musical de los esclavos en Latinoamérica
A pesar de que durante cerca de cuatro siglos, desde 1492 hasta 1888 (año en el que se abolió la esclavitud en Brasil), los países europeos deportaron más de 25 millones de africanos hacia la esclavitud, el público general no tiene lo suficientemente presente este período —uno de los más dolorosos y reprochables de la historia de la humanidad—. Aquellos hombres, mujeres y niños que fueron sacados brutalmente de sus pueblos en el continente africano y en Madagascar hacia las colonias europeas sólo llevaron consigo su cultura de origen: sus creencias religiosas, su medicina tradicional, sus costumbres culinarias y las canciones y bailes que se preservaron en los nuevos destinos llamados asentamientos o plantaciones. Intentaremos evocar algunos de esos momentos nefastos a través de las emociones y la energía vital de la música.
Pero ¿cómo es posible que las personas esclavizadas aún quisieran cantar y bailar? La respuesta es muy sencilla: el canto y el baile al ritmo de la música abrían un espacio para la expresión y la libertad. Eran una manera de manifestar sus dichas e infortunios, su sufrimiento y esperanza. Para todas estas gentes con orígenes e idiomas diametralmente opuestos, el canto y el baile proporcionaban un universo compartido y una forma de resistirse a la negación de su humanidad.
En este concierto, la música viva, heredera de las antiguas tradiciones de los descendientes de esos esclavos que dejaron huellas profundas en la memoria de los pueblos afectados, desde las costas de África occidental, hasta Brasil, México y las islas del Caribe, entablará un diálogo con formas musicales hispánicas y europeas inspiradas en los cantos y bailes de los esclavos, indígenas y pueblos de todo tipo de mezcla racial. La herencia africana y americana se combina así con elementos importados y tomados de la época renacentista y barroca de Europa.
Gracias a la sorprendente fuerza vital y la profunda emotividad de su música, logramos evocar la historia de la segunda etapa del “comercio triangular” y el tráfico de esclavos que aún perdura en la memoria de los descendientes de las víctimas en Brasil (jongos, caboclinhos paraibanos, ciranda, maracatu y samba), Malí (cantos de griot), Colombia, México y Bolivia (tradicionales cantos y bailes africanos). El testimonio de la colaboración más o menos forzada de los esclavos en la liturgia de las iglesias del Nuevo Mundo se ve representado en villancicos de negros, villancicos de indios y negrillas, canciones cristianas compuestas por Mateo Flecha el Viejo (La negrina), Juan Gutiérrez de Padilla (manuscritos de Puebla), Juan de Araújo, Roque Jacinto de Chavarría y fray Filipe da Madre de Deus, entre otros, que surgen de una cultura de conquista y evangelización forzosa.
En este programa, nuestro objetivo es mantener viva la memoria de esta tragedia humana y rendir homenaje a las víctimas de la terrible trata de millones de hombres, mujeres y niños africanos que fueron deportados sistemáticamente durante siglos. No debemos olvidar que el “comercio triangular” que unió a Europa, África y el Nuevo Mundo y que apuntaló el crecimiento económico de las principales naciones de Europa y sus colonias en América no se abolió hasta finales del siglo XIX. Posiblemente las potencias de hoy —que tanto se beneficiaron del trabajo gratuito de los esclavos en tiempos coloniales— deberían reflexionar acerca de su responsabilidad en la difícil situación actual de los pueblos africanos y proponer soluciones más eficientes y humanas ante los problemas de inmigración clandestina hacia el sur de Europa.
Escuchemos los ritmos y las canciones que nos traen a la memoria aquella historia forjada en el sufrimiento, cuando la música llegó a ser un medio de supervivencia y, por fortuna para todos nosotros, el único remanso de paz, consuelo y esperanza.
Gracias a Jordi Savall por su gran parte de este escrito.
Hasta pronto amigos y disfrutenlo con Salsa Y sabor...
Escuchemos los ritmos y las canciones que nos traen a la memoria aquella historia forjada en el sufrimiento, cuando la música llegó a ser un medio de supervivencia y, por fortuna para todos nosotros, el único remanso de paz, consuelo y esperanza.
LA INFLUENCIA MUSICAL AFRICANA EN AMERICA
La población de ancestro africano, descendiente de los esclavos traídos por los comerciantes ingleses, franceses, Holandeses, portugueses y españoles durante la colonia, se concentra principalmente en el Caribe y Brasil, pero es también importante en México, Centroamérica, Venezuela, las Guayanas, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay. Los esclavos trabajaban fundamentalmente en las minas o en las plantaciones de azúcar y algodón, y como empleados domésticos en todas las grandes casas coloniales. Su presencia tiene hasta hoy un papel central en las formaciones culturales de América Latina. En relación más o menos directa con las prácticas religiosas, la música y la danza son expresiones fundamentales que permitieron que los esclavos mantuvieran su amor por la vida. Los tambores, los ritmos y las danzas que hoy asociamos con la música caribeña, comenzaron a usarse dentro de los rituales religiosos que muchos esclavos conservaron. Todavía hoy existen manifestaciones importantísimas del espíritu y la fuerza de las poblaciones de ancestro africano en toda la América Latina a través de la producción musical y coreográfica. Como en la religión, los ritmos e instrumentos africanos se mezclaron con los indígenas e hispánicos para formar manifestaciones musicales sincréticas. La bomba puertorriqueña, el merengue dominicano, el son cubano, la cumbia colombiana, el festejo peruano y la samba brasileña, son algunos de los ritmos musicales que incorporan elementos africanos tanto en sus melodías como en la manera de bailarlos. Además, la letra de las canciones con frecuencia recoge las experiencias de opresión, marginación y celebración de las poblaciones de ancestro africano. El fenómeno musical es particularmente significativo, porque es el único caso en que una manifestación cultural de ancestro africano se convierte en símbolo nacional. Para países como Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, la República Dominicana, Cuba y Puerto Rico, los ritmos musicales afro caribeños constituyen una parte fundamental de la identidad nacional, y un elemento imprescindible de las prácticas cotidianas: montar en bus, ir a una fiesta, cocinar y limpiar la casa, son actividades a menudo asociadas con la música afro caribeña. Esta también ha dado visibilidad internacional a América Latina. La "salsa", por ejemplo, combinación de diversos ritmos caribeños y del jazz norteamericano, todos con marcada influencia africana, es famosísima en Estados Unidos, Europa y Japón.
Música afroamericana
Un hombre afroamericano da una lección de piano a una joven mujer, entre 1899 o 1900, en Georgia, EE.UU..
La música afroamericana (también llamada música negra) es un término dado a una serie de músicas y géneros musicales, como son el blues, el ragtime, el jazz, el gospel, el soul o el hip hop, que provienen de o están influenciados por la cultura de la comunidad afroamericana.
Esta comunidad desde hace siglos ha constituido una minoría étnica de la población estadounidense. Algunos de sus antepasados fueron traídos originalmente a Norteamérica a la fuerza para trabajar como pueblos esclavos, trayendo con ellos canciones típicamente polirítmicas de grupos étnicos tanto de África occidental como del África subsahariana. En los Estados Unidos, como se fusionaron las culturas, múltiples tradiciones culturales africanas fueron fusionándose progresivamente con otras músicas tradicionales europeas, como la polka o el vals. Más tarde se dieron periodos de considerable innovación y cambio. Los géneros afroamericanos han sido muy influyentes a través de distintas clases socio-económicas y raciales internacionalmente, disfrutando de popularidad a nivel global. La música afroamericana y todos los aspectos de la cultura afroamericana son celebrados durante el Mes de la Historia del Negro en febrero de cada año en los Estados Unidos.
La influencia de los afroamericanos en la música estadounidense comenzó en el siglo XIX con la llegada del Black Minstrel que fue una forma de entretenimiento que consistía en sketches cómicos, varios actos, danza y música, realizados por personas de raza blanca pintados de negro, quienes satirizaban a las personas de raza negra como ignorantes, perezosos, graciosos, alegres, y musicales. los afroamericanos comenzaron a incorporar una gran variedad de temas espirituales cristianos.
Durante el período de la Guerra Civil Americana (1861 -1865), la expansión de la música afroamericana continuó. Los Fisk Jubilee Singers, un grupo de cantantes afroamericanos, realizaron su primera gira en 1871. Artistas como Morris Hill y Jack Delaney ayudaron a revolucionar la música africana de la posguerra en el este de los Estados Unidos. El primer grupo musical de comedia de negros, Hyers Sisters Comics Opera Co. fue organizado en 1876.
A finales del siglo, la música afroamericana formaba parte integral de la música estdounidense. Músicos de Ragtime (género previo al jazz) como Scott Joplin ganaron popularidad y algunos se asociaron a movimientos artísticos como Harlem Renaissance (Renacimiento de Harlem) que fue el reavivamiento del arte en los Estados Unidos, liderado por la comunidad de afroamericanos de Harlem, Nueva York, donde se destacaban el jazz, la literatura y la pintura, y activistas de los derechos civiles.
RAICES AFRICANAS
La música africana ha sido llevada por sus músicos a todos los lugares del mundo, especialmente a Europa y América, surgiendo de estos contactos, estilos tan relevantes para la música actual como el blues, el jazz, el reggae, el country, la música cubana y latina en general.
Si la música occidental comenzó a colonizar África durante la primera mitad del siglo XIX, será sobre todo en la segunda mitad del s. XX, en la época postcolonial, cuando surja la conciencia de identidad africana, valorando en condiciones de igualdad las tradiciones africanas y las llegadas de fuera, consiguiendo un verdadero interculturalismo del que surge el amplio panorama musical actual, de gran riqueza, tanto tradicional en las manifestaciones culturales menos occidentalizadas, como en las surgidas de la fusión y el intercambio, siendo éstas últimas muy populares en occidente.
LA MUSICA LATINOAMERICANA
La música latinoamericana es un aspecto muy importante de la cultura hispana. Existen muchas variedades de música en Latinoamérica. El estilo de música depende de la región, por ejemplo; en el Caribe, la influencia Africana es muy evidente en la música, y en Sudamérica y México, la influencia indígena es claramente visto.
También los ritmos y letras españolas son muy evidentes en todo tipo de música latinoamericana. Los ritmos y danzas de cada país son un elemento único de cada cultura que sirve para identificar la cultura por completo.
En regiones como el Caribe, la influencia Africana refleja un aspecto muy importante, la mayoría de la música caribeña tiene sus raíces en el continente Africano. Cuando los esclavos fueron importados por los españoles, trajeron su música y religión; estos dos elementos culturales son características muy importantes de la música caribeña.
En países como Puerto Rico y Cuba, la salsa es un estilo musical muy popular, ambos países tienen una cultura parecida y la música es algo que tienen en común aunque la salsa tiene sus orígenes en la ciudad de Nueva York, mas deriva de ritmos cubanos y puertorriqueños, este tipo de sonido se ha difundido en estas islas.
Otros ejemplos son el Son Montuno de Cuba, y la Bomba y Plena de Puerto Rico,en la República Dominicana, los ritmos más populares son el merengue y la bachata, estos tipos de música tienen una gran influencia haitiana.
La percusión africana, como las congas, bongos, y tambora, son instrumentos importantes para la producción de esta música.
HISTORIA DEL DANZON Y MUSICA CUBANA
MUSICA POPULAR CUBANA
Las raíces de la música cubana tienen su origen en Europa y África. Las dos corrientes más influyentes de la Música Popular Cubana pueden ser clasificadas de manera general en: Son y Danzón. La música Afro-Cubana más común en Cuba incluye el Yoruba (la Yoruba) o Santaria, la Abakua y el Palo.
Orígenes del Danzón:
La Orquesta La Moderna Tradición se especializa en el Danzón y sus derivaciones, cuya historia es por demás muy interesante:
A finales de 1700, después de la sangrienta revolución Haitiana, muchos haitianos y colonos franceses huyeron a Cuba y con ellos llegó la Contradanza, su música bailable popular de origen europeo. En el transcurso de muchas cálidas noches cubanas, la Contradanza se convirtió en Danza, a partir de la cual se originó el Danzón. Desde finales del siglo diecinueve el Danzón ha evolucionado y cambiado en muchos aspectos; sin embargo gran parte de la estructura original permanece, siendo esta continuidad lo que hace que el danzón siga siendo definido como una forma artística vital realmente excepcional.
La ruta musical de los esclavos en Latinoamérica
A pesar de que durante cerca de cuatro siglos, desde 1492 hasta 1888 (año en el que se abolió la esclavitud en Brasil), los países europeos deportaron más de 25 millones de africanos hacia la esclavitud, el público general no tiene lo suficientemente presente este período —uno de los más dolorosos y reprochables de la historia de la humanidad—. Aquellos hombres, mujeres y niños que fueron sacados brutalmente de sus pueblos en el continente africano y en Madagascar hacia las colonias europeas sólo llevaron consigo su cultura de origen: sus creencias religiosas, su medicina tradicional, sus costumbres culinarias y las canciones y bailes que se preservaron en los nuevos destinos llamados asentamientos o plantaciones. Intentaremos evocar algunos de esos momentos nefastos a través de las emociones y la energía vital de la música.
Pero ¿cómo es posible que las personas esclavizadas aún quisieran cantar y bailar? La respuesta es muy sencilla: el canto y el baile al ritmo de la música abrían un espacio para la expresión y la libertad. Eran una manera de manifestar sus dichas e infortunios, su sufrimiento y esperanza. Para todas estas gentes con orígenes e idiomas diametralmente opuestos, el canto y el baile proporcionaban un universo compartido y una forma de resistirse a la negación de su humanidad.
En este concierto, la música viva, heredera de las antiguas tradiciones de los descendientes de esos esclavos que dejaron huellas profundas en la memoria de los pueblos afectados, desde las costas de África occidental, hasta Brasil, México y las islas del Caribe, entablará un diálogo con formas musicales hispánicas y europeas inspiradas en los cantos y bailes de los esclavos, indígenas y pueblos de todo tipo de mezcla racial. La herencia africana y americana se combina así con elementos importados y tomados de la época renacentista y barroca de Europa.
Gracias a la sorprendente fuerza vital y la profunda emotividad de su música, logramos evocar la historia de la segunda etapa del “comercio triangular” y el tráfico de esclavos que aún perdura en la memoria de los descendientes de las víctimas en Brasil (jongos, caboclinhos paraibanos, ciranda, maracatu y samba), Malí (cantos de griot), Colombia, México y Bolivia (tradicionales cantos y bailes africanos). El testimonio de la colaboración más o menos forzada de los esclavos en la liturgia de las iglesias del Nuevo Mundo se ve representado en villancicos de negros, villancicos de indios y negrillas, canciones cristianas compuestas por Mateo Flecha el Viejo (La negrina), Juan Gutiérrez de Padilla (manuscritos de Puebla), Juan de Araújo, Roque Jacinto de Chavarría y fray Filipe da Madre de Deus, entre otros, que surgen de una cultura de conquista y evangelización forzosa.
En este programa, nuestro objetivo es mantener viva la memoria de esta tragedia humana y rendir homenaje a las víctimas de la terrible trata de millones de hombres, mujeres y niños africanos que fueron deportados sistemáticamente durante siglos. No debemos olvidar que el “comercio triangular” que unió a Europa, África y el Nuevo Mundo y que apuntaló el crecimiento económico de las principales naciones de Europa y sus colonias en América no se abolió hasta finales del siglo XIX. Posiblemente las potencias de hoy —que tanto se beneficiaron del trabajo gratuito de los esclavos en tiempos coloniales— deberían reflexionar acerca de su responsabilidad en la difícil situación actual de los pueblos africanos y proponer soluciones más eficientes y humanas ante los problemas de inmigración clandestina hacia el sur de Europa.
Escuchemos los ritmos y las canciones que nos traen a la memoria aquella historia forjada en el sufrimiento, cuando la música llegó a ser un medio de supervivencia y, por fortuna para todos nosotros, el único remanso de paz, consuelo y esperanza.
Gracias a Jordi Savall por su gran parte de este escrito.
Hasta pronto amigos y disfrutenlo con Salsa Y sabor...
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