EMBRUJO ANTILLANO
LA EXPERIENCIA SALSERA NOS LLEVÓ POR DISTINTOS CAMINOS....SIEMPRE AL COMPÁS DE LA CLAVE....1,2,3
LA EXPERIENCIA SALSERA NOS LLEVÓ POR DISTINTOS CAMINOS....SIEMPRE AL COMPÁS DE LA CLAVE....1,2,3
El jazz lo prefiero a otros tipos de música por su vitalidad y la posibilidad única que ofrece a un instrumentista de improvisar, es decir, crear algo nuevo en el mismo momento en que lo ejecuta, en vez de limitarse a leer lo que otros escribieron. La libertad es uno de los postulados esenciales del jazz. - Leonardo Acosta.
Para el 1943, como documenta el escritor Max Salazar de la revista Latin Beat, Bauzá desarrolló el tema Tanga partiendo de la introducción del piano para el tema El Botellero de Gilberto Valdés y componiendo la melodía con acordes de jazz y de la rumba, ésta fue la primera composición de jazz afrocubano, que hoy conocemos com Latin Jazz. Machito grabó esta pieza en el 1947 con lo que dio inicio al movimiento jazzístico conocido como Cu-Bop.
Hoy traigo un documento muy completo cortesia de la Revista la Lira en nombre de su director Diógenes Royet Gonzálezs
Muchas gracias Diogenes.
Muchas gracias Diogenes.
Machito, leyenda en el Jazz Latino:
El Alma Dance Studio conocido como Palladium estaba ubicado en el número 1692 de la avenida Broadway, en pleno centro de Manhattan. Cerca del gran salón de baile, a tan sólo 200 metros de ahí, estaba el Radio City Music Hall, y a 300 metros el Carnegie Hall. A pesar de que el Palladium era un inmenso local de dos plantas con una barra de bar de 20 me¬tros por 5, para el año de 1947 estaba en total decadencia. No sólo aplastado por el esplendor de los locales vecinos, sino porque los Big Bands Americanos así como los ritmos del Swing, esta¬ban entrando en el ocaso y perdiendo su atracción en las pistas de baile. La gente se había entusias¬mado con los novedosos ritmos que comenzaban a sonar, y olvidándose de los manidos ritmos de principios de siglo.
Ahora, nuevas alternativas musicales trasto¬caban la veterana tradición y desafiaban al viejo estilo gringo con impresionantes fusiones de jazz improvisado y música latina. Especialmente la cubana era la que más destacaba con sus ritmos afro y su estilo tropical. Hacía ya más diez años que muchos músicos cubanos habían emigrado a tierra firme llevándose consigo nuevas visiones polifónicas y tratamientos sonoros. Entre aque¬llos viajeros se hallaba Machito, un músico pro¬fesional que, en Octubre de 1937 se embarca para Nueva York a probar suerte.
Francisco Raúl Pérez Gutiérrez, Frank Grillo o simplemente “Machito”, como se le llama en el mundo musical latino, es sin duda uno de los personajes más importantes de lo que hoy se co¬noce como el Jazz Latino o Latin Jazz. Su apor¬te a este estilo musical fue determinante. Fue su impulso y su desarrollo, al igual que su cuñado, Mario Bauzá, un compositor cubano, arreglista y multi-instrumentista extremadamente talentoso.
Machito nació en La Habana, en una fecha inexacta. Decimos esto porque en torno a su fe¬cha de nacimiento se presentan muchas versio¬nes. Distintos autores en diferentes libros y pági¬nas de internet presentan datos disímiles: se dice que nació en 1906, 1908, 1909 o en 1912, un 16 de febrero o un 3 de diciembre, pero siempre en el mismo barrio Jesús María de La Habana, Cuba. Era hijo de Marta y Rogelio quien laboraba en los ingenios de La Habana, aunque se comenta también que su padre era un fabricante de haba¬nos. Machito creció escuchando jazz y música popular cubana. Comenzó a cantar a temprana edad, aún adolescente, inspirado por el hecho de haber presenciado en vivo al “Sexteto Habanero” en unos carnavales citadinos por los años veinte. Incursionó en un primer momento cantando y to¬cando maracas en el “Sexteto de Miguel Zabala”. A los 22 años ya era experto maraquero en el “Sexteto Sones de Occidente” de María Teresa Vera, y cantaba también como segunda voz de Abelardo Barroso en el “Sexteto Nacional” de Ignacio Piñeiro. Así mismo se desempeñaba en el “Sexteto Universo” y en el conjunto “Jóvenes Redención” al lado de Mario Bauzá. Es a partir de ese momento que Mario y Machito se tornan muy amigos. Comparten ideas, convicciones y gustos, incluso el amor de Estela, la hermana mayor de Machito quien, en 1936 contrae matri¬monio con Mario Bauzá. Ambos amigos perma¬necerán juntos durante muchas décadas, creando y revolucionando el mundo de la música latina y del jazz.
El primero en emigrar a tierra norteamericana fue Bauzá. Sale de Cuba en 1930 con la Banda de Don Aspiazu con quien se radica en Nueva York. Allí comienza como trompetista del Cuarteto de Antonio Machín y luego pasa 10 años como trompetista y arreglista de las orquestas de jazz de Hy Clark, Chick Webb, Don Redmond y Cab Calloway. Luego se va Machito, en 1937, do¬miciliándose en Harlem, en la esquina conocida como “La loma del azúcar”. Allí residían, nada más y nada menos que Louis Amstrong, Duke Ellington, Count Basie y Fletcher Henderson, con quienes compartió provechosos momentos aprendiendo los sones del Jazz y su parentesco con la música Cubana. Ese mismo año empieza a cantar en la Orquesta “La Estrella Habanera” y al año siguiente con la Orquesta de Alberto Iznaga. Entre 1938 y 1939 graba con el “Conjunto Caney” y la “Orquesta Hatuey”. Fue cantante de las famosas Orquestas del portorriqueño Noro Morales, del catalán Xavier Cugat y la del funda¬dor del legendario “Cuarteto Caney”, el cubano Fernando Storch. Con esta última también realiza grabaciones.
Mientras tanto, Mario Bauza soñaba con fusio¬nar dos géneros musicales: el Jazz que se escu¬chaba por los rincones de Norteamérica y el Son Cubano, los sonidos de su tierra. Le transmite su ambición a Machito quien la comparte a pleni¬tud. Así, dedican todo su tiempo libre a trabajar en esa idea la cual Bauzá ya había bautizado como “Afrocubano”, un término que reflejaba lo que esa peculiar combinación significaba para él. Cuando en 1939 se sienten preparados para presentar su novedosa propuesta musical, Mario y Machito intentan formar una orquesta, pero no llega a concretarse. Sin embargo continúan en su afán y Mario, por su parte, consigue grabar con los mejores músicos de Jazz de los Estados Unidos, entre ellos Noble Sissle, Cab Caloway, Don Redman y Fletcher Andersen; también tra¬baja como director musical de Chic Webb.
Poco tiempo después, en 1940, Machito y Bauzá logran ensamblar una Orquesta a la que nombran “Machito y sus Afrocubanos”. Sus integrantes fueron: Machito en maracas y clave; Mario Bauzá en el Saxo alto y trompeta; René Hernández en el piano; Roberto Rodríguez en el contrabajo; Luis Miranda la conga; José Mangual el bongó; Ubaldo Nieto los timba¬les; Bobby Woodlen la trompeta; Frank Dávila, Gene Johnson y Fred Skerritt con Saxos altos; José “Pin” Madera con el Saxo tenor; y Leslie Johnakins con el Saxo barítono. Una impresio¬nante presentación de la nueva Banda, efectuada un 3 de diciembre, deja al público de Nueva York boquiabierto.
Mientras tanto, Mario Bauza soñaba con fusio¬nar dos géneros musicales: el Jazz que se escu¬chaba por los rincones de Norteamérica y el Son Cubano, los sonidos de su tierra. Le transmite su ambición a Machito quien la comparte a pleni¬tud. Así, dedican todo su tiempo libre a trabajar en esa idea la cual Bauzá ya había bautizado como “Afrocubano”, un término que reflejaba lo que esa peculiar combinación significaba para él. Cuando en 1939 se sienten preparados para presentar su novedosa propuesta musical, Mario y Machito intentan formar una orquesta, pero no llega a concretarse. Sin embargo continúan en su afán y Mario, por su parte, consigue grabar con los mejores músicos de Jazz de los Estados Unidos, entre ellos Noble Sissle, Cab Caloway, Don Redman y Fletcher Andersen; también tra¬baja como director musical de Chic Webb.
Poco tiempo después, en 1940, Machito y Bauzá logran ensamblar una Orquesta a la que nombran “Machito y sus Afrocubanos”. Sus integrantes fueron: Machito en maracas y clave; Mario Bauzá en el Saxo alto y trompeta; René Hernández en el piano; Roberto Rodríguez en el contrabajo; Luis Miranda la conga; José Mangual el bongó; Ubaldo Nieto los timba¬les; Bobby Woodlen la trompeta; Frank Dávila, Gene Johnson y Fred Skerritt con Saxos altos; José “Pin” Madera con el Saxo tenor; y Leslie Johnakins con el Saxo barítono. Una impresio¬nante presentación de la nueva Banda, efectuada un 3 de diciembre, deja al público de Nueva York boquiabierto.
En los tardíos años 30, la tendencia que estaba sonando era el Be-bop, una nueva alternativa del jazz que sólo se podía escuchar (música cerebral), sin que contuviera algún complemento bailable. Era buena, pero hacía énfasis en el des¬taque de los instrumentistas y no en la melodía en sí. Era música para músicos.
Por eso, con la implementación de los ritmos tropicales sobre los Jam de jazz, se crea la
atmósfera ideal que se necesitaba para ese momento de la historia, revolucionando el paradigma musical. “Esta orquesta, gracias a su director Mario Bauzá, (...) realiza el matrimonio de los ritmos Cubanos con las armonías y giros del jazz de vanguardia de los 40 el Be-bop. A este movi¬miento musical iniciado en la banda de Machito se le llamó Cu-bop en sus orígenes, (El Cu-Bop fue un experimento de fusión creado en un inicio por Luciano Chano Pozo), luego afro cuban jazz y hoy lo conocemos como latin jazf'.
Mientras todo esto ocurría, como comentára¬mos en un inicio, el salón de baile Palladium se venía abajo por la poca afluencia del público nocturno en busca de buenas fiestas. Por esta razón, su administración decide ensayar con las nuevas bandas latinas en vista de su creciente fama. De esta manera se inaugura oficialmente, por suge¬rencia de Mario Bauzá, el Blen Blen Club, como el nombre del exitoso tema compuesto por Chano Pozo; un matinée bailable de dos de la tarde a nueve de la noche todos los domingos, bajo la batuta de la orquesta de Machito & his Afro- Cubans. “Al año de este experimento músico- comercial, el Palladium estaba exclusivamente consagrado a la música afrocubana y latina”. El local creció como espuma y al poco tiempo, cien¬tos de personas se agolpaban en las puertas por falta de espacio en su interior.
Por eso, con la implementación de los ritmos tropicales sobre los Jam de jazz, se crea la
atmósfera ideal que se necesitaba para ese momento de la historia, revolucionando el paradigma musical. “Esta orquesta, gracias a su director Mario Bauzá, (...) realiza el matrimonio de los ritmos Cubanos con las armonías y giros del jazz de vanguardia de los 40 el Be-bop. A este movi¬miento musical iniciado en la banda de Machito se le llamó Cu-bop en sus orígenes, (El Cu-Bop fue un experimento de fusión creado en un inicio por Luciano Chano Pozo), luego afro cuban jazz y hoy lo conocemos como latin jazf'.
Mientras todo esto ocurría, como comentára¬mos en un inicio, el salón de baile Palladium se venía abajo por la poca afluencia del público nocturno en busca de buenas fiestas. Por esta razón, su administración decide ensayar con las nuevas bandas latinas en vista de su creciente fama. De esta manera se inaugura oficialmente, por suge¬rencia de Mario Bauzá, el Blen Blen Club, como el nombre del exitoso tema compuesto por Chano Pozo; un matinée bailable de dos de la tarde a nueve de la noche todos los domingos, bajo la batuta de la orquesta de Machito & his Afro- Cubans. “Al año de este experimento músico- comercial, el Palladium estaba exclusivamente consagrado a la música afrocubana y latina”. El local creció como espuma y al poco tiempo, cien¬tos de personas se agolpaban en las puertas por falta de espacio en su interior.
Nicolás Ramos Gandía nos hace un exhaustivo comentario acerca de la composición instrumental y de sus usos sobre este género musical: “El jazz-band latino, como su nombre lo indica, es una orquesta de jazz dedicada a tocar ritmos caribeños con arreglos de orientación jazzística, pero con el sabor percusivo de Cuba. Estas bandas consistían en una sección de vientos compues¬ta por trompetas, saxofones y trombones (Tito Rodríguez suprimió estos últimos), y una sección rítmica de piano y bajo. La variante con respecto a las orquestas americanas ocurría en la percu¬sión, la batería americana era sustituida por el trío conformado por la tumbadora (conga), el bongó y el timbal. Este trío percusivo será un componente imprescindible en todas las orquestas de Salsa hasta el día de hoy (...). El bongó era un instrumento insustituible en la música caribeña desde los primeros grupos de Son donde el solo reforzado por el golpe de la clave se convertía en el único apoyo rítmico. La tumbadora era un instrumento que pertenecía a la Rumba y fue in¬corporada al Son por Arsenio Rodríguez a prin¬cipios de la década del 40, una vez que concibió la estructura del Conjunto, la agrupación revolu¬cionaría todo el desarrollo posterior de dicho género. La tumba, en lo que concierne al jazz-band latino llega por vía de Chano Pozo, creador de los nuevos giros rítmicos en el jazz gracias a sus trabajos a fines de los años 40 con Dizzy Gillespie (...). El timbal bajo la influencia de Puente sería utilizado como un instrumento para unir la banda con la sección de la tumba y el bongó. Puente le dio jerarquía de instrumento protagónico (solista) -lo sacó del fondo de la orquesta y lo puso al frente con los cantantes- gracias a sus ejecuciones espectaculares, convirtiéndolo así, en un instrumento fundamental en las orquestas de Salsa.
En Cuba con la transformación de la Descarga Cubana en un Jam jazzístico a mediados del 50, músicos como Guillermo Barretto utilizan el timbal no con el criterio cubano del danzón, sino con el americano de la batería en el Jazz. Estos trabajos le dieron una nueva perspectiva percusiva al timbal dentro de la música caribeña”
Al año siguiente, en 1941, Machito abre las puertas del elegante club “La Conga” en el cual toca durante cuatro años. Luego el mismo año, durante una sesión en la que participó Tito Puente, un joven baterista de nombre aún desco¬nocido, Mario y Machito realizan sus primeras grabaciones como solistas conocidas como Sopa de Pichón y Tingo Talango, todo un éxito en el mercado latino. Desde ese año hasta 1976, Bauza fue el director musical de la banda de Machito, apoyándolo y guiándolo en todos sus pasos. Luego de una serie de sencillos para el sello Decca, comienza una fructífera carrera para la leyenda del Latin Jazz.
Al año siguiente, en 1941, Machito abre las puertas del elegante club “La Conga” en el cual toca durante cuatro años. Luego el mismo año, durante una sesión en la que participó Tito Puente, un joven baterista de nombre aún desco¬nocido, Mario y Machito realizan sus primeras grabaciones como solistas conocidas como Sopa de Pichón y Tingo Talango, todo un éxito en el mercado latino. Desde ese año hasta 1976, Bauza fue el director musical de la banda de Machito, apoyándolo y guiándolo en todos sus pasos. Luego de una serie de sencillos para el sello Decca, comienza una fructífera carrera para la leyenda del Latin Jazz.
En 1942 llega a Nueva York la heimana menor de Machito, quien había estado por cinco años con la Orquesta Anacaona, integrada sólo por mujeres. Graciela Pérez participó en la banda de Machito por más de veinte años como una de las vocalistas principales. Luego el 29 de mayo del 43 grabaron el tema Tanga, el cual es conside¬rado el primero del Latin Jazz o el Jazz Latino, como prefieran denominarlos los distintos es¬critores, músicos y amantes de este género. Los Afrocubanos realmente comenzaron a conocer¬se a nivel mundial justo después de terminarse la Segunda Guerra Mundial. El 24 de enero del 47 se presenta de manera oficial a la sociedad Neuyorkina el Jazz Afrocubano en el Town Hall de la ciudad. En esa oportunidad, Fred Robbins, incluyó a los Afrocubans de Machito en la pre¬sentación que haría esa noche Stan Kenton. Dos semanas después de esa arrebatadora noche, la banda de Stan Kenton, grabó un tema titulado Machito, en la que él mismo participó. Machito tocando las maracas grabó con la orquesta de Kenton el tema The Peanut Vendor y Cuban Caníbal y, asimismo, grabó apasionantes piezas para Mercury y Clef. Luego en el 48 grabó con Charlie Parker el álbum Mango mangue y el me¬morable tema No Noise. Entre los discos de 1949 están: Afrocubop para el sello Spotlite y Cubopo City con el sello Tumbao. Posteriormente produ¬jo Mambo Inn y Mambo Sentimental en 1952, y en el 54 Mambo América. Después Kenya: Afro Cuban Jazz en el 57 y El As de la Rumba en el 58. Durante todos esos años de exitosa cosecha, los Afrocubanos junto a Machito y Mario trabajaron y grabaron con los más notables exponentes del Jazz. Entre ellos Stan Kenton, Dizzy Guillespie, Charlie Parker, Flip Phillips, Cannonball Adderley, Buddy Rich, Harry “Sweets” Edison, Curtis Fuller, Johnny Griffin y Herbie Mann.
Las giras comenzaron en 1962. Machito y sus Afrocubanos tocaron en las principales ciudades del Japón por tres meses y acompañaron al año siguiente a Miguelito Valdés y su banda. Durante la primera mitad de los años 60, las flautas y los violines dominaban la nueva explosión rítmica de la charanga y la pachanga, pero Machito continuó fiel a su estilo grabando discos con su característi¬co sonido de cañas y bronces. Entre 1965 y 1969 surge la fiebre del boogaloo y de allí en adelante es predominante la presencia de pequeños grupos musicales que utilizaban el formato del conjunto típico que condujo más adelante al gran boom de la salsa. En 1967 firma con la disquera Cotique, y produce el disco Soul of Machito, el cual contie¬ne los éxitos Cuatro Patas y Que Música Lmda. Y posteriormente, el 5 de enero de 1975, la ban¬da interpreta en vivo junto a Dizzy Guillespie y Chico O’Farrill, la suite Oro, Incienso y Mirra, original de O’Farril en la Catedral de San Patricio de Nueva York. Poco después grabaría Machito junto al mismo Gillespie el álbum Afro Cuban JazzMoods. Sus tres últimas producciones disco- gráficas las realizó para el sello Pablo y Timeless en Holanda en 1982 y dos años después, le fue otorgado el premio Grammy en la categoría de Mejor Grabación Latina por el disco Machito and his Salsa Big Band' 82. Lamentablemente otra vez, dos años después, Machito sufre un ata¬que al corazón durante un concierto en el Ronnie Scott’s Club en Londres, y fallece 5 días después luego de sufrir una trombosis cerebral, un 16 de abril de 1984. A los tres años de su muerte, Carlos Ortiz estrena un documental en su honor conoci¬do como Machito, A Latín Jazz Legacy, con la participación de Dizzy Gillespie, Ray Barreto y Tito Puente. Se estrenó en Noviembre de 1987 y fue transmitido en las Islas Británicas en el famo¬so Canal 4, en enero de 1989.
La influencia de Machito y su banda fue con¬tundente en el mundo de la música latina y el jazz. Su gran aporte fomentó las raíces de nuestra cultura musical tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, difundiendo básicamente el híbrido musical que se gestó de la fusión del Jazz con los ritmos Cubanos y caribeños de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX. Las orquestas de Tito Puente y Tito Rodríguez siguieron cla¬ramente la pauta de los Afrocubans: un sonido “pesado” al estilo de las Big Bands americanas, pero con el sabor del ritmo y la percusión cubana. Tocando regularmente en el Palladium de Nueva York, la banda de Machito creció en popularidad durante la locura del Mambo de 1950, sobrevivió a los violentos disturbios y al trastornos sociales y políticos de los años 60, y mantuvo su frecuen¬cia productiva entre los años 60, 70 y principios de los 80, cuando ya el término “Salsa” comenza¬ba a ser utilizado. Machito fue director, cantante e intérprete de la maraca de su propia orquesta. Durante casi 50 años Francisco Grillo (Machito) cantó, grabó, compuso, dirigió, tocó sus maracas y dejó un legado musical extraordinario para to¬dos los amantes de los ritmos Afro-Cubanos, ja- zzísticos y Latinos. Entre los ritmos que confor¬man su repertorio tenemos: Mambo, Guaracha, Conga, Afro y Bolero, grabados en muchas casas disqueras durante todos esos años, como: Verve, Mercury, Seeco, Tico, RCA, Cotique, Tímeless, Palladium, Roulette, Pablo y Crescendo. Es la leyenda más entrañable del Jazz Latino o el Latirnjazz; el padre del cubop y del ritmo afro- cubano, al igual que su inseparable compañero Mario Bauzá, del cual merece ser subrayado que este genial músico cubano aporta gran parte de su vida, conocimiento y experiencia para crear las bases del Jazz Latino y fue el padrino musi¬cal de dos de las más destacadas estrellas de jazz de la historia: Ella Fitzgerald y Dizzy Gillespie. En el caso de Gillespie, la influencia de Bauzá y la relación de éste con la música latina perdu¬rarían hasta sus últimos discos en los años 90. Posteriormente, el hijo de Machito, Mario Grillo, sustituiría a Bauzá en el puesto, continuando con el legado y el milagro musical.
Algunas de las fechas de los discos que Machito grabó durante su trayectoria musical nos las ofrece Sergio Rendón Ángel en el articulo Machito, escrito para Latina Stereo 100.9 FM, 100% SALSA en Medellín, Colombia: “De algunos temas de Machito se conoce la fecha de grabación , y de algunos de ellos varias versiones entre los que tenemos: “mango mangue”, grabado el 20 de diciembre de 1.948; “mambo” grabado el 21 de diciembre de 1.950; Los temas “Bucabu”, “One o’clock laep” de febrero 11 de 1.949,; “Blen blen blen”, “Si si no no” que dura 7 minutos veinte segundos y “Vacilando” grabados el 19 de marzo de 1.949; “Llora timbero”, “Si si no no” que dura 8:26 y “Howard’s blues” de mayo 29 de 1.949; “Cubop City”, ”El rey del mambo” y “Bop champagne” grabados el 2 de abril de 1.949. Para la época se grabaron cuatro versiones de “Tanga”: Noviembre 14 de 1.950 dura 5:29, Junio de 1.951 dura 6:38, Noviembre 10 de 1.951 con una duración de 7:23 y la cuarta versión dura 4:57 y se grabó el 17 de noviembre de 1.951. Y de 1.951 también son las grabaciones “babaratiri”, “Mambo picao”, “Holliday mambo”, “Carambola” y “Picadillo”.
oKIS DISFRUTEN ESTA LECTURA.
1 comentario:
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